1ª semana de prácticas: practicando asertividad

Terminaron las clases. Terminó el Máster en Diseño y Desarrollo Web y ahora toca la parte complicada: la prueba de capacitación. O como lo llamamos en España: el mesecico majo de prácticas sin cobrar. Yo apostaba por un modelo de prácticas freelance, que las ofrecían en mi escuela, pero visto el panorama he acabado en un estudio de diseño súper majo. No es exactamente lo que buscaba, pero después de haberlo visto y haber conocido a mis jefes y compañeros tengo la sensación de que es un muy buen lugar para empezar.

Eso sí, trabajo a full. Mis jefes, Epi y Blas, son muy majos. Les llamo así sin ánimo de ofender, más que nada porque son dos y en algunos aspectos hasta se dan un aire (en el buen sentido, claro). Y eso del anonimato y tal.

Blas es muy callado y muy serio, pero me da buena impresión. Yo creo que es tímido. Normalmente, él tiene su despacho, Epi el suyo y yo me quedo en la mesa de recepción, escondida detrás de una estantería llena de ejemplos de packaging que me encanta, en una mesa llena de botellas de vino (pruebas de impresión, dicen) y junto a la ventana de la corriente.

No lo penséis mal. Es un estudio de diseño, el espacio está súper bien aprovechado y el espacio fomenta la comunicación. Es como estar sola y acompañada al mismo tiempo, porque nos hablamos y tenemos comunicación y feedback sin tener que levantarnos de la mesa o dejar nuestro trabajo.

Epi me encanta. De los dos, creo que es el más dinámico y el que suele llevar la voz cantante. Por lo menos con el trabajo que me han encargado. Me ha dicho que pasado el mes de prueba mi contrato depende de mi capacidad para mantener mi puesto de trabajo. Es decir, quieren que sea capaz de resolver, de hacer bien las cosas en un tiempo decente.

Esto me ha puesto nerviosa. Es la primera vez que estoy bajo la presión de sentirme en el punto de mira, la primera vez que siento que realmente mi trabajo hará que mi vida gire en un sentido o en otro. Y no conozco a Epi y a Blas lo suficiente como para tener confianza con ellos.

De modo que esta semana he estado aprendiendo asertividad.

Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la agresividad y la pasividad(o no asertividad). Suele definirse como un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Cabe mencionar que la asertividad es una conducta de las personas, un comportamiento. Es, también, una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.

Nunca había tenido que moverme en este modelo de comunicación, estaba acostumbrada a mandar o a obedecer. Así que esto es nuevo para mí.

Después de estudiar el proyecto y pedir asesoramiento en mi escuela, he tenido que plantearles un montón de preguntas sobre el trabajo que estamos haciendo. Estaba nerviosísima, así que lo apunté todo en un cuaderno para que vieran que me organizo y para que no se me olvidara nada y, cuando estuvieron los dos, me senté en la mesa de Blas y empecé a hacer preguntas.

La verdad, el nivel de comunicación y cooperación ha subido bastante. Ahora me ha quedado claro que realmente no tienen ni idea de web (lo suyo es el diseño) y que necesitan asesoramiento. Ese es mi trabajo, asesorar y hacer funcionar las cosas, tratando de mejorar la experiencia de los usuarios con los productos de comunicación de las empresas y respetando los diseños de Blas, claro.

Es curioso. Decían que los diseñadores tienen cierto ego especial relacionado con la difusión de sus trabajos y no terminaba de creérmelo, por eso de que los diseños deben ser funcionales y ajustarse a las necesidades de cada proyecto. Pero ver a Blas haciendo pucheros para que no le recorte la cabecera de la página web… no ha tenido precio. Al final, le prometí un slide grande y vistoso para los ordenadores si me dejaba recortar las cabeceras para los móviles y tablets y poner el logo corporativo detrás.

Creo que les gusta mi actitud. Fue divertido que me presentaran oficialmente en la caña de los viernes como «la chica nueva en la oficina«, creo que el camarero me echó una de esas miradas de «uhm… carne fresca y puesta a prueba«. Tengo la impresión de que me han dado una muy buena oportunidad para demostrar mi valía. En cualquier otra circunstancia lo habría visto de otra manera, pero ahora lo veo como mi momento, mi gran oportunidad para deslumbrar y saltar al mundo laboral, convertirme en una auténtica profesional… o para caer como una ególatra incapaz de adaptarse.

Voy a tener los nervios en la boca del estómago hasta que termine las prácticas y vea el resultado de mi trabajo. De momento, tengo que arreglármelas con un formulario de programación para reservas de hotel… pero mis jefes me escuchan, y eso es muy bueno.