Lo bueno de tener tan mala suerte

‘Todo me pasa a mí…’, sí bueno, supongo que esa frase la usamos todos mucho. Pero en mi caso, las cosas más raras que no me hayan pasado deben estar por venir. ¿La última de mi querida amiga la suerte? Dejarme sin el único ordenador que poseo para trabajar a dos días de una fecha de entrega. Para una vez que consigo trabajar con un cliente que paga lo correspondiente por adelantado…

Menos mal que ya estoy acostumbrada al gafe. Y parece una bobada, pero el hecho de caerme cada vez que pierdo de vista el suelo desde que tengo uso de memoria me ha llevado a dos cosas: una, que mi umbral del dolor está tan alto que ya apenas me duele cuando me caigo; y dos, que estoy tan acostumbrada a caerme, tropezarme y demás que me levanto tan deprisa que a nadie le da tiempo a percibir mi caída.

Mi ordenador sigue muerto y sin resurrección y estoy a la espera de que el servicio técnico correspondiente se levante de la cama para poder llamarles a ver si la cosa se resuelve. Aquí he llegado a otra conclusión: ahora sé para qué me había vuelto loca por ahorrar. Creo que mi instinto de bruja me estaba preparando para este momento. Pero bueno, de lo malo malo, al menos tengo el dinero para la reparación y en caso de que se salga la cosa de madre, tengo el dinero para comprar una máquina nueva (y de las buenas, de las que a mí me gustan, en plan pijo, máxima potencia y esas cosas…).

Y para mayor inri posible, resulta que el hombre que duerme en mi cama tiene en desuso un ordenador con capacidad más que suficiente para poder trabajar. Yo pensaba que su ordenador daba para el Facebook y poco más, que es para lo que lo usa, pero resulta que el ordenador que tiene fue el pago que le hizo un amigo informático hace unos años a cambio de una obra. Y como son buenos amigos y el tío hizo una obra considerable, el amigo informático (que además tiene pasta) se gastó un buen pico en un ordenador de gama media-alta. Así que amablemente me ha prestado su máquina para poder seguir trabajando, estudiando y cumpliendo mis objetivos.

¿Que tengo la moral muy alta? Es posible. Soy del Atletico de Madrid. Soy un ser de moral inquebrantable, luchadora hasta la médula y no pierdo el tiempo en lloros ni lamentos. Si me quedo sin ordenador el sábado, tengo uno el domingo.

En cuanto acabe este trabajito me centro en las fases 4 y 5 de mi plan. No sé cuántas fases tengo escritas en el papel… pero de momento vamos bien. A ver si tengo suerte a final de mes y me sobran pelas y tiempo para cambiarle la pantalla al tablet y la batería al iPhone4. Aunque… no sé, tengo que mirar precios del  5 de segunda mano.

I need coffe… urgentemente.