Caciquismo, censura y alcaldes corruptos

Ha pasado algo muy interesante.

¿Conoces la teoría de los seis grados? «La teoría sostiene que dos personas de cualquier parte del mundo pueden estar conectadas a través de 5 personas que hacen de puntos de unión (en total son siete personas, la que inicia la cadena, la que la finaliza y los cinco intermediarios). Esta teoría defiende que las personas tienen un contacto, que a su vez tiene otro y otro, y así hasta 6 que unen a cualquier persona.» Más info en el enlace.

Como sabéis, llevaba tiempo preguntándome a qué venía el silencio, qué estaba pasando y por qué nadie decía nada. ¿Por qué los medios de comunicación no hablan de la noticia? ¿Por qué a nadie le inquieta que en los pueblos pasen cosas de semejante magnitud? Nadie conocía la respuesta.

Mi objetivo se había convertido en encontrar las respuestas, buscar las conexiones y hallar el kid de la cuestión. El ruido, los hagstas y todos los post que empezaron como una fórmula psicológica para desahogar mi ira, mi miedo y poder superar la situación, acabaron llevándome a nuevas lagunas y nuevas pistas que investigar. Era evidente que la gente iba a empezar a saltar y a escandalizarse, así que a medida que empezaban a pasar cosas en torno a mis publicaciones, me empecé a dar cuenta de que hay algo más profundo dirigiendo los hilos que llevan a la Sierra a la decadencia y al fracaso absoluto en su vaga carrera por prosperar.

Cuantas más denuncias suceden, cada cual de corte más extravagante y absurdo, más personas se ponen en contacto conmigo para advertirme de que hay fuerzas oscuras mucho más peligrosas con las que debo tener cuidado.

Pero yo no tengo miedo. ¿Qué pueden hacer?

Varios amigxs me han llamado para preguntar qué está pasando, sorprendidos por la falta de información al respecto. Y algunxs de ellos, periodistas por cierto, han especulado y soñado con la idea de convertirlo en un reportaje de investigación. Cómo agradezco mis años de universidad en estos momentos.

Y aquí viene la sorpresa.

Una fuente anónima me ha asegurado of the record que ciertos periódicos locales no se atreverán a escribir nada que pueda hacer alusión directa a mi caso. Por lo visto, afirman que «tu alcalde paga bastante a [periódico que no puedo mencionar] de publicidad institucional y cualquier cosa mala que escriba que le ponga en mala situación lo van a censurar desde Salamanca» y añade: «Es una mafia de manual. [El periódico] lo dirigen en las sombras un puñado de políticos de la provincia y si se publica algo que no les gusta ruedan cabezas, por eso no se puede arriesgar a tratar el tema. Todos los reportajes pasan por un filtro antes de publicarse.»

Interesante descubrimiento, ¿no? Eso explica por qué nunca salen en los periódicos locales los sucesos sobre los robos, los atentados, las palizas, las fiestas ilegales, las detenciones masivas e incluso por qué algunas noticias salen notoriamente tergiversadas. Todos sabemos que hay noticias publicadas que no sucedieron como se cuentan, porque todos estuvimos presentes cuando ocurrieron. Lo raro, es que los implicados, la Guardia Civil y el alcalde debieron de llegar a algún acuerdo para publicar los hechos de forma conveniente y ni los implicados sufrieron la condena que deberían haber cumplido, ni volvió a hablarse del tema. Evidentemente, se trata de sucesos en los que las persona afectadas tienen lazos de parentesco o familiaridad con los cuerpos de seguridad españoles y me imagino que por ahí mediaron también las influencias.

El caciquismo no ayuda a quienes no formamos parte de la familia, ¿verdad?

Supongo que esta entrada va a causar muchas sorpresas y puede que algo de escándalo. Pero quiero recordaros algo importante: no estoy aislada en un pueblo cerrado en el que no puedo comunicarme con nadie. Como dice la teoría de los seis grados: todos estamos conectados a través de varias personas en común y como ya expliqué en alguna ocasión, yo también tengo muchos contactos y no estoy tan mal posicionada como la mayoría de la gente de por aquí se piensa.

Mientras tanto, los mensajes difamatorios, las calumnias y las amenazas siguen llegándome al teléfono firmados con nombres y apellidos. El archivo de pruebas crece, los contactos siguen llamando y buscando los canales de información apropiados y la investigación sigue su curso.

¿Hasta dónde puede llegar una perroflauta solitaria y pirada con tal de destapar todo lo que nos estáis escondiendo? Si las fuerzas oscuras implicadas leéis estas líneas, quisiera recordaros una cosa: me da igual el poder o el dinero que tengáis, estáis jugando con las vidas de personas que viven al límite de la precariedad a las que tenéis engañadas para que os voten, personas que confían en vosotros para que mejoréis su calidad de vida y para que cuidéis de ellas. Deberíais preocuparos por proteger a vuestros ciudadanos para que no pasen cosas como la que me ha pasado a mí, no invertir vuestro tiempo y nuestro dinero en callarnos la boca a las víctimas de toda esta basura.

Encontraremos el modo de reivindicarnos y encontraremos la manera de llegar al fondo de la cuestión. No estoy sola, nunca lo estuve, pero no lo sabíais.