Pueblo pequeño, infierno grande

Había una canción de Estopa que decía:

«El Infierno sólo te quema donde nunca el fuego te ha quemado, y habiendo ardido piensas: ya no me hacen falta mantos, que yo solo tengo mi hoguera» Demonios – Estopa

Aquella era una de mis canciones favoritas cuando salieron allá por finales de los 90… sí, tíos, ¿adivináis quién era una preadolescente en aquella época? Creo que fue uno de mis primeros conciertos «sin padres» y aun no me habían salido las tetas. Y por aquel entonces ya entendía la letra de esa canción y no me daba cuenta de las implicaciones de eso.

Las cosas como son, lo pasé mal, muy mal, en casa, en el cole, en el instituto… y lo pasé mal por muchos motivos. En aquella época tuve mis primeros pinitos con la filosofía, la sociología y la curiosidad me acabó llevando a la Facultad de Comunicaciones más adelante. Siempre me intrigó desentrañar el funcionamiento del entramado social (a día de hoy puedo jurar que sigo sin entenderlo, hay cosas que son inexplicables).

Supongo que por eso acabé en el mundo forestal: no people, no cry (diría Bob Marley en mi lugar).

Todo esto venía a que no dejo de salir de mi asombro de lo increíblemente estúpida que puede llegar a ser la gente. Precísamente ahora que me la va pelando todo en lo que viene a ser el panorama «pueblo», justo ahora que me he desconectado, intentan la última jugada para hacerme daño. Ahora, que se me ha roto el vinculito emocional y se me ha ido la paranoia de formar parte de esa mini sociedad en cuyos valores ya ni creo.

La sociedad siempre nos va a influir en cierto modo. Al menos, cuando no has conocido otros puntos de referencia, eso está claro. Y por supuesto que también hay factores genéticos e internos que influyen en la dependencia emocional de esa sociedad que te rodea; lo que viene siendo el carácter de cada uno, vaya.

Lo que no entiendo es cómo puede ser posible que teniendo a mano referentes, recursos, conocimientos, experiencia y a personas que confían en ti y que te apoyan incondicionalmente, un ser humano pueda ser tan idiota de intentar manipular a la persona menos manipulable del mundo para caer bien a una pandilla de catetos politóxicos alcohólicos y drogodependientes que no buscan nada más que tocar los huevos porque quieren creer que pueden.

Mi Broth cayó en la trampa del entorno. Y lo más curioso es que ni me sorprende ni me preocupa: lo veía venir. Cuando te traicionan la primera vez te duele como si te fueras a morir, especialmente, cuando te traiciona alguien que no debería, alguien que es familia. Pero, como dice la canción, el Infierno sólo te quema donde nunca el fuego te ha quemado, para cuando se ha hecho patente la traición de mi Broth, que ha caído en las garras de mi ex el pirómano narcisista alcohólico llevaba tres meses viéndolo venir… y, encima, intentó colármela con la cutrez de dar pena.

Él no sabe que lo estaba viendo venir desde la última vez que habíamos discutido y le había sentenciado con una última oportunidad por mentiroso y por tóxico. Desde entonces, con las alertas siempre activadas más por vieja que por zorra estuve captando todas y cada una de sus interferencias y sus mentiras. ¿Cómo pudo llegar a ser tan idiota de creer que podía mentirme y manipularme a mí, que le he enseñado todas las técnicas habidas y por haber de manipulación del mundo precísamente para que no le pase?

Llevo tres meses esperando a que se sincere conmigo y de el primer paso, siendo paciente, sin decir nada, viendo cómo la va liando cada vez más y más. Hasta que saltó la liebre, el pobre ignorante se hizo un puto lío con sus propias mentiras y se destapó solito sin que tuviera que hacer nada. Lo más patético de todo fue que su reacción cuando le pedí explicaciones fue mentir más, tratar de disimularlo, desviar el tema y ponerse hecho una furia.

¿Mi reacción? Le di puerta. ¿La suya? Montar todo el drama manipulador de la gente de la que se rodea: mentir, llorar y enfadarse y llamarme puta zorra. Vaya, qué original.

La sociedad es importante para el desarrollo de nuestra identidad, por supuesto. Todos necesitamos ser alguien en alguna parte. Pero lo que la gente de los pueblos pequeños no entiende es que el mundo es demasiado grande y que se puede elegir el tipo de sociedad con la que te quieres comparar. Las mentiras y las manipulaciones están bien un rato, en el instituto, en las películas, en un trabajo temporal… pero utilizarlas como herramientas estándar para relacionarte con la gente alrededor acaba convirtiéndote en una alimaña sucia y rastrera incapaz de despegarse del fango que se ha labrado.

Es importante elegir bien tu bando, tu posición, tu postura, tener claro en qué crees y en qué no, qué toleras y qué no. Hace ya mucho tiempo que le dije que tiene derecho a escoger lo que quiere en la vida, pero que toda las decisiones que tomamos tienen consecuencias y hay que asumirlas.

Su decisión está clara: quedar bien con la corte de la miseria. El ego miserable de ser más alcohólico que los alcohólicos, más drogadicto que los yonkis y de gastar más dinero del que tiene ahora que tiene 25 años va a llevarle a la ruina mucho antes de haber salido del agujero en el que se encontraba cuando yo lo saqué. Y la consecuencia de escoger mal su camino es perder los recursos que tenía cuando era mi Broth. Pero es que hace ya mucho tiempo que dejó de ser un niño y ahora tiene que crecer.

Sé que todo lo que hemos trabajado los últimos años va a mandarlo a la mierda en menos de dos meses. Y también creo que ahora tiene que pasar por eso: tiene que darse la ostia él solito y partirse la cara, como su hermano, como sus padres, como sus súper amigos que le comen la bolsa picándole el ego para provocar que hinche el pecho y gaste un dinero que no es suyo en satisfacer las necesidades tóxicas de su entorno.

Como digo siempre: a veces la mejor ayuda es no ayudar y, de todos modos, sequereños somos y después del verano nos encontraremos. Aunque para entonces es posible que ni siquiera esté aquí para verlo.

Es lo que hay. Supongo que al final te acostumbras a ver venir estas cosas y a padecer estas traiciones. Lo que la gente no entiende de todo esto es que joder a una persona como le están jodiendo a él con el propósito de hacerme daño ya no funciona, ni siquiera me he decepcionado. Será verdad que lo que no te mata te hace más fuerte y que en vez de abrirte brechas vulnerables al final una se hace callo y lo que más molesta a la gente es que tenga la piel curtida y ni me despeine con estas cosas.