Heroquest: el hacha de Acor

Acor el enano, el hacha más contundente de las mazmorras de heroquest… cuando no pifio los dados y mis combates se convierten en coreografías de flash-dance xD.

Sí señores, ayer jugué mi primera partida de Heroquest. Bueno, mis primeras, salió tan bien la primera partida que llegamos a jugar tres. Jugamos hasta las 2 de la madrugada y me sentí como una auténtica Peny en The Big Bang Theory (sí, la única chica de la partida y esas cosas).

No tuvo nada que ver con las partidas de rol de mi adolescencia, en las que los jugadores eran extremadamente clasistas y machistas y no sólo no me dejaban jugar sino que ni siquiera tenía la opción de opinar sobre mi personaje o sus acciones. Ayer me divertí, mucho.

Jugamos seis personas. En el grupo hay más gente, pero ayer sólo llegamos a seis. Estaba Marco el elfo rapiñador, que fue el que me animó a participar en la quedada, el Máster (le llamaremos Máster a partir de hoy), Conan (jugaba con un bárbaro, así que le voy a poner ese nombre, que su nombre rolero es muy evidente), Efraín ‘el Afortunado’ (mago), Mordraunt (mago) y yo, Acor el Enano :D.

Fue genial, porque estuvimos muy organizados y superamos con éxito todas las campañas. Y creo que oficialmente soy el único personaje que no ha muerto jamás jaja.

La parte social del evento fue más graciosa todavía. Jugamos en casa de Efraín, que comparte un piso precioso con Mordraunt y Conan. Casi siempre jugamos allí por razones logísticas.

Lo que más me gusta de las partidas es que los chicos son súper majos y creo que es la primera vez que no me siento marginada en un grupo masculino. Es la primera vez que me siento una auténtica Peny. Son amables, cordiales, simpáticos, atentos… Efraín, especialmente, tiene una sonrisa muy cálida, entre cálida y tímida, que me encanta.

Marco se puso celoso. Anoche se nos hizo tarde y sugirieron que pidiéramos para cenar. Les dije que no tenía dinero, así que Efraín se ofreció amablemente a prestarme (fue un lapso de coqueteo que casi convirtió el préstamo en una invitación… me puse colorada y todo en el transcurso de la conversación). Me preguntaron a mí qué me apetecía, les dije que lo que prefirieran siempre que fuera vegetal, decidieron kebab y pedí falafel.

Lo gracioso es que después de preguntarme, se iban a comprar sin pregunta a Marco. Le obviaron de mala manera xD. Fue divertido verle la cara. Casi salen por la puerta de casa sin preguntarle que quiere y el muchacho tuvo que llamar la atención muy indignado para que le pidieran su cena también (es un poco pardi a veces).

Nos quedamos el Máster, Marco y yo solos y no recuerdo bien de qué estábamos hablando, pero sí recuerdo que Marco me hizo el primer comentario de la noche que no me gustó.

«Nos hacen a los dos el mismo caso», dijo para resaltar que era evidente que somos los pringados del grupo.

«Por lo menos a mí me han preguntado qué quiero cenar, y eso que son tus amigos», contesté yo mordaz. Tuve que morderme la lengua para no echarme a reír con su reacción, se puso serio y se tensó todo en su silla.

«Ahí tiene razón, te la ha clavado pero bien», rió el Máster a carcajada limpia.

Volvieron con la cena los muchachos y Efraín me tendió mi falafel con mucha amabilidad. Tiene una forma curiosa de acaparar un poco la atención con esa forma de mirar y esas cosas… ya he dicho que muy agradable, ¿no? A Marco le molesta mucho que sea el centro de atención de otras personas.

En un alarde de caballerosidad que quedó como una especie de ego inflado, Marco me dijo en voz bien alta, para que lo escuchara toda la sala:

«¿Quieres deberme 3,50€?»

No fue lo que dijo… que también, sino cómo lo dijo. Fue su forma de hacerse notar para que todos lo oyeran. ¿Qué esperaba? No supe interpretar si lo que quería era ser el héroe que me rescataba de mi deuda (que ya ves tú… deberle 3,50€ a un chico que está buenísimo y que coquetea conmigo) o si pretendía reclamar mi propiedad por encima del resto. ¿Le molesta que tuviera una excusa para poder volver a interactuar con Efraín? ¿Esperaba que por ser mi amante reconocido le dijera que prefería debérselo en carnes? Y aún así, si tuviera otros motivos… ¿quién quiere deber nada a nadie?

Mi respuesta automática fue un rotundo NO, sin pensarlo. Se picó, se puso celoso, se ofendió y todos lo notaron. Dijo de malas maneras que ya le debo 20€ y le dije que precisamente por eso no quiero deberle más, es un tocahuevos con el tema de las deudas y eso que se supone que somos amigos. Seguro que Efraín no se va a pasar meses recordándome que le debo 3,50€.

El resto de la noche fue confusa. Efraín se encendió un canuto, le di tres caladas con la excusa de que si fumaba más seguramente el Máster me echaría (y no me equivocaba, fumo tan poco que tres caladas fueron más que suficientes) y nos pasamos la noche en nuestro rincón mirándonos y partidos de risa… eso sí, a pesar de todo, pude matar a unos cuantos orcos y salir ilesa y con la bolsa repleta de oro.

Creo que en toda mi odisea como enano, sólo me hice un par de puntos de daño y fue haciendo saltar sin querer una trampa intentando desmontarla… no me vio nadie, así que… mi hombría sigue intacta xD.