‘Déjà vu’: incomodidades que se repiten

Déjà vu o deja vu es un término francés que significa “ya visto”. El concepto describe la sensación que experimenta una persona al pensar que ya ha vivido con anterioridad un hecho que, en realidad, es novedoso.

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«Te toca fregar«, «Es que no me gusta… ¿puedo hacer yo la cena y friegas tú?»

«¿Podrías limpiar la caca de nuestro perro, estoy ocupada?», «Es que me da asco«

«Tira la basura si vas a salir a fumar, por fa», «Tírala tú cuando saques a los perros»

«¿Puedes tenderme la ropa de la lavadora mientras friego los platos?», «Es que yo no sé hacer esas cosas«

Luego dicen los tíos que saben barrer, fregar y ocuparse de su casa. ¿Por qué piensan que a las mujeres no nos da asco la mierda? A ver… odio fregar, siempre me dieron asco los platos sucios y las cacas de los perros y las de los niños (no tengo hijos todavía, pero he cuidado muchos en la universidad y fui profe en un cole de verano de niños de 6 añines). Pero, no sé, te inmunizas.

No lo entiendo. Un hombre puede meterse en el fango hasta las orejas, matar a un jabalí, destriparlo, sacarle la mierda, las tripas, despiezarlo… y ¿no puede limpiar la caquita que su perrita favorita ha dejado en el salón porque le da arcadas recogerla con una bolsita? ¿Y a mí no me tiene que dar asco?

¿Quién ha corrido el bulo de que las mujeres estamos inmunizadas contra el olor y la textura de la mierda y de la basura? A todas nos ha dado asco recoger y limpiar. Pero con el tiempo se pasa, cuando te acostumbras. Si no lo haces nunca… ¿cuándo vas a acostumbrarte? Luego se sorprenden de que a mí no me den asco las cosas muertas.

Por cosas como estas es por lo que sigo llamando ‘amante’ a mi ‘pareja’ y por lo que sigo prefiriendo vivir sola… en lugar de vivir con él. Una vez me dijo que quería que viviéramos juntos. Yo se lo dejé muy claro: NO, hasta que aprendas a vivir tú sólo y a hacer todas las tareas domésticas sin fruncir el ceño ni torcer el morro.

Los hombres tienen la idea de que cuando se vayan a vivir con su pareja ‘ayudarán’ con las tareas domésticas. Joder. ¡Los niños ayudan! Pero, ¿no se supone que todos somos responsables del entorno en el que vivimos? ¿no se supone que somos los adultos quienes debemos cuidar de nuestro hábitat? Los hombres no deberían tener ya la idea de ‘ayudar’, tu casa y mi casa es nuestra casa y las tareas domésticas, los gastos y las compras son tan tuyas como mías. No tienes que ayudar, tienes que hacerlas igual que las hago yo cada día… a mí tampoco me gusta.

No hemos avanzado nada. Mentalmente seguimos viviendo en la era de las cavernas.

Ahora que tengo furgo tengo dos planes esenciales: viajar y buscar un trabajo de mi campo. Así que en cuanto renueve los papeles para que mi DNI tenga la dirección de mi casa y demás, voy a ir derechita a por mi título y al paro. Ahora tengo el tiempo dividido entre mi casa, mis animales, mi amante y mis aficiones. El día que tenga un trabajo… ¿a quién echo para ocupar su espacio? En la filosofía de ‘quererme a mí misma‘ no entra dejar de lado mi casa, mi familia ni mi propio placer por otra persona… ya no.

Los hombres nunca piensan en esas cosas.