¿Cuánto vale nuestro cerebro?

Ahora que tengo espacio y tiempo, ahora que me levanto a las 6:00am para hacer todas mis cosas y me siento a desayunar entre las 7:30 y las 8:00 me gusta zappear entre los diversos canales de noticias. Nunca he sido partidaria de ningún partido político especial y tampoco soy fan de ningún canal específico. Así que salto de uno a otro para ver las mismas noticias en diferentes versiones y hacerme una idea general.

Gran momento matinal. Lo que más me gusta de ver las noticias a primera hora es que todavía están frescas. Más o menos. Al menos, no han sido contaminadas con todos los comentarios del resto del mundo en las redes sociales, en los bares, en los programas del corazón… son más informativas que las de la noche. O eso quiero suponer. De todos modos, tampoco tengo mucho más tiempo para dedicarle a la tele.

No me gusta participar de las polémicas de moda. Por norma general, no entro a las conversaciones populares y no suelo ni molestarme en opinar. Pero hoy me sentía con ganas. Así que ahí va.

Enferma. Me pongo enferma. Cuando abro el face, cuando salgo a tomar un vino en el bar, en la cola de la panadería, en el mercadillo de plantones de huerto, en las conversaciones de jubilados que se producen bajo mi balcón… incluso en chavales y chavalas que apenas hace dos años que pueden votar, que son adultos legales por primera vez y que parece ser por lo visto que se preocupan más de las tonterías que de la realidad de nuestro futuro como país.

Oh, sí, como país. Por muy ‘ciudadanos del mundo’ que seamos y demás rollos independientes súper modernos, por mucho que suene a fascista o a facha o demás etiquetas que ya me han puesto en alguna conversación perrofláutica, no podemos olvidar que somos un país. Un país que se está yendo a tomar por culo. ¿Por qué? Porque todos pasamos de lo que ocurra en el mundo.

Bueno, no, de lo que ocurra en el mundo no. Si en las noticias aparece el polémico Toro de la Vega, hablamos del Toro de la Vega. Si hablan de Leo Messi y del Barça, eso sí nos preocupa. ¿Y sabéis por qué nos preocupa Leo Messi? Porque la Roja no ha sido capaz de llegar a la final de la Eurocopa, porque si no, estaríamos hablando de la Roja y del gran equipo de fútbol que representa a esta nación de la que pasamos y a la que estamos dejando en manos de unos pocos lo suficientemente constantes como para poder ejercer su control sobre nuestras vidas.

Nos distraen con tonterías.

Sí. Los partidos hicieron su campaña y animaron al voto y nosotros como ciudadanos, en aquellas milenarias elecciones de diciembre, votamos. Lo hicimos. Por primera vez en muchos años emitimos un voto responsable, obligamos a los partidos políticos a tener que pactar. ¿Qué hicieron ellos? Jugaron a Juego de Tronos y se pegaron unos con otros porque cada partido tiene un cabecilla que ha de gobernar y en lugar de escuchar la decisión democrática del pueblo, forzaron. ¿Por qué? Porque nuestra opinión no ha sido válida. No han tenido lo que hay que tener para escuchar al pueblo y darnos lo que pedíamos: un acuerdo.

Y volvieron a convocar elecciones. Y nosotros como borreguitos (los que fuimos) fuimos a votar y lo volvimos a intentar. No salió el mismo resultado. Claro que no. Para eso, tendríamos que haber ido todos a votar lo mismo que la última vez… pero una buena parte de nuestros compañeros decidieron que le iban a dar por saco a los pesados de los políticos, así que pasaron del tema. Y a pesar de todo, volvió a salir la obligación de pacto por parte de los partidos de nuestro país.

Segundo intento, resultados parecidos. ¿Qué hacen los partidos? Jugar a los Inmortales. Dios, ¿¡es que de verdad vamos a consentir que haya elecciones otra vez!? Una y otra y otra vez hasta que SOLO QUEDE UNO. Y luego… ¿qué? ¿A petarlo en las redes sociales y poner a escurrir en el Face que siempre salen los mismos? ¿A protestar porque cada vez tenemos menos derecho a escoger?

Indignada me hallo. Ante la falta de cordura y de cabeza y de inteligencia de mis conciudadanos. ¿Cómo es posible que seáis capaces de organizaros para manifestaros en cosas como la tauromaquia (no voy a opinar sobre este tema) y no lo seáis para movilizaros y exigir que se pongan de acuerdo de una vez para formar un gobierno entre todos? ¿Por qué os dejáis lavar el cerebro tan fácilmente?

Porque así funcionan las cosas. Los partidos saldrán en las noticias hablando sin decir nada para aburrirnos para que no les prestemos atención y ni siquiera nos interese quién nos dirija. Luego saldrán noticias sensacionalistas para encendernos y distraer nuestra ira contra cosas irrelevantes. Y luego… protestaremos, porque cada vez tenemos menos cosas, cada vez tenemos menos recursos, menos libertades, menos asignaturas estimulantes para la inteligencia y la creatividad de nuestros hijos, menos sanidad… menos todo.

Tenemos la España que nos merecemos. Somos un país de borregos y me entristece mucho la facilidad que tenemos para distraernos con el vuelo de una mosca. ¿De verdad nos creemos adultos sólo porque manejamos coches y smartphones y vestimos con traje? Somos niños a los que nos dan juguetes para que abramos la boca y nos comamos la papilla sin protestar.