El acosador, el amigo… y la guardia civil

Mi acosador se presentó ayer en casa. Así, en plan sorpresa. Después de cortar todas las comunicaciones y llamar al 116, me dediqué a poner orden en mi pequeño mundo zoológico y a organizar cosas con el objetivo de acercarme por la tarde al cuartel de la guardia, que está como tres pueblos a distancia de mi casa. Y he aquí mi estupefacción cuando llaman al timbre, bajo pensando que sería cualquier señora del pueblo a pedirme algo de Tamames, abro la puerta y me lo encuentro ahí plantado.

Mi instinto, que es muy sabio, cerró la puerta de golpe. Pero ahí estaba él, suplicando y dando voces como un alma en pena para que le abriera la puerta. ¿Qué iba a hacer? ¿dejar que todo el pueblo lo viera? ¡Era ridículo! Así que le abrí… y estuvo minutos que se me hicieron horas pasando por todos los estados anímicos del mundo uno tras otro en bucle. Era como observar un loop constante de emociones: tristeza, frustración, negación, histeria, odio, rendición… y vuelta a empezar. Lo mismo lloraba y decía que iba a suicidarse, que se enfadaba y amenazaba con llamar a su raza a vengarse de mí, que me echaba encima la ira de su dios cristiano, que me suplicaba perdón, que me decía que me amaba con todo su cuerpo, que me ponía a escurrir porque detectaba a mi ex por toda la casa (coño! ha vivido aquí dos años, claro que está presente), y vuelta a empezar.

Ya ves tú qué cosa. Y yo allí, mirando, en silencio, esperando a que terminara y se marchara por propio pie.

Se empeñó en salir a dar un paseo y decidí seguirle la corriente, al menos así podría sacarlo de casa. Luego otra cosa sería que no volviera a entrar. Y salimos y paseamos por el pueblo y la cantinela seguía en marcha como un cd atrapado dentro de un coche que no calla nunca y siempre te pone la misma canción cuando arrancas.

Todo el tiempo hablaba de una relación que no existe y decía que o rompíamos aquí y ahora o nos íbamos a vivir juntos y empezábamos de cero. Y yo todo el tiempo le decía que se había acabado hacía meses y que llevaba meses repitiéndolo. Total, que no me escuchaba porque no le interesaba.

Finalmente, se le pasó el llanto y pareció escucharme un poco cuando le dije que por mí se acababa aquí y ahora. Que me devolviera mi dinero cuando pudiera y que me dejara en paz o me vería obligada a denunciar. Dijo que vale y nos encaminamos a su coche… aparcado estratégicamente a la puerta de mi casa. Una vez allí, decidió que iba a quedarse a dormir a mi casa y que íbamos a estar juntos toda la vida. Le paré los pies, le dije que no, que se había terminado y se enfadó de la ostia conmigo.

Lo bueno es que no lo dejé entrar en casa y se fue… o eso creía yo.

Le pedí a mi ex pareja, actual mejor amigo, que hiciera el favor de avisarme cuando llegara porque tenía que hablar con él. Entre otras cosas, porque esto ya roza el colmo de la peligrosidad a nivel real y porque sé que Lucifer tiene su número y le espía y porque en el fondo le quiero a mi manera y tampoco me hace gracia que le pase nada.

Y allí estaba yo, ayudando al hombre que dormía en mi cama a hacer la cena y explicándole la larguísima historia de mi acosador cuando el susodicho apareció por la venta de su casa pegando voces como un energúmeno, llamándome de todo y hasta se nos quiso colar en casa porque estamos en un bajo a pie de calle y no habíamos candado la puerta. Según entró, lo eché a empujones y según mi ex lo oyó insultarme salió a mandarlo a tomar por culo. Y los tres allí a voces… el otro gilipollas tuvo a bien robarme la bombilla del patio de mi casa y estazárnosla allí mismo.

Total, que llamé a la guardia civil para denunciar el acoso y mientras intentaba hablar con la guardia civil Lucifer, borracho, gritaba tanto tantísimo que no podía oír a los guardias… así que supongo que dio positivo en acoso.

Cuando se presentó la guardia, Lucifer contó una historia sobre que él no había hecho nada y nosotros le habíamos sacado una escopeta para amenazarle (no es del todo falso… mi ex es así, pero no llegó a sacarla del todo ¡lo juro!). Los verdes le dijeron que pusiera una denuncia si era cierto que le habíamos amenazado con un arma de fuego y él dijo que lo haría. Después vinieron a buscarnos a ver qué había pasado.

¡Qué casualidad! Uno de los guardias se acordaba de mí porque estaba presente el día que me pusieron la multa por conducción temeraria (casi los mato sin querer) y recordaba mi conducta ejemplar como buena ciudadana admitiendo y asumiendo mi responsabilidad y dispuesta a pagar lo que me propusieran (hito que redujo bastante mi ‘condena’). Además, me deshice en mil disculpas… en fin, que soy buena persona.

Me preguntaron que qué había pasado y les dije que había llamado yo, que este tío llevaba semanas acosandome, que había llamado al 116 y que iba a poner una denuncia hoy mismo, que se había presentado en mi casa y había tenido que echarle y que cuando pensaba que se había ido había aparecido en casa de mi amigo al que le estaba explicando la situación porque me daba miedo quedarme sola… y se quedaron con mi historia, supongo. ¿Por qué iba a mentir una tía que admite que 200€ de multa están bien por casi matar a dos guardias civiles en carretera al invadir el carril contrario sobrepasando la velocidad? Los guardias me recomendaron dormir con mi ex pareja para estar segura y dijeron que harían la ronda a ver si encontraban el coche… y lo encontraron, el muy mamón estaba aparcado a la puerta de mi casa dispuesto a quedarse allí a dormir, así que en cuanto lo vi lo notifiqué a los guardias, que todavía no se habían ido del pueblo, y debieron de ir a desalojarlo de allí.

Esta mañana no estaba… así que mi ex se ha ido tranquilo a trabajar y yo me he puesto a hacer tiempo escribiendo el blog hasta que abran la comisaría. Hecho lo cual, me voy a poner mi denuncia a ver qué pasa.