¿Para qué sirve la ‘culpa’?

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre, que es hombre, siempre ha buscado los causantes de las cosas, siempre hemos buscado culpables. Se podría decir, en primera instancia, que la culpa sirve para determinar el origen de las cosas. Por ejemplo, ¿por qué se heló la cosecha?, se puede traducir como ¿quién tuvo la culpa? El mal tiempo. Ya está, ya tenemos un culpable. ¿Por qué el lobo se comió las ovejas? ¿quién tuvo la culpa? El lobo, que es lobo, y la oveja que se dejó y no supo defenderse. ¿Quién tiene la culpa de que haga frío en primavera? El tiempo… y así sucesivamente.

Bueno, está bien vivir pensando que la culpa de las cosas siempre es de otra persona. Pero, ¿ahora qué? ¿qué hacemos después de determinar quién tuvo la culpa? Si la culpa es del tiempo, nosotros no podemos cambiarlo; si la culpa es del lobo, hay que matar al lobo… pero nosotros podemos hacer que el lobo deje de comer ovejas; si el clima se volvió loco… ¿?¿?¿??¿? Entonces, ¿qué? ¿asumimos que las cosas son así y ya?

No hace mucho, un tío (qué raro en mí, una historia de tíos… -sarcasmo-) me dijo que estaba colado por mí. Le dije, tranquilamente y procurando no ofender, que me sentía halagada, pero que no tenía ninguna intención de empezar nada con un hombre (llamémosle tal, aunque sólo sea por que ya tenemos una edad) que bebe tal y como yo le he visto beber ese tipo de noches invernales en las que no hay nada que hacer más que juntarte con la gente al calor del bar. Quiero decir, no le conozco de nada, salvo de eso… y no es que tenga muy buena imagen de marca, así que, ¿por qué iba a caer dos veces en la misma trampa?

El sujeto en cuestión se echó las manos a la cabeza y tras varias conversaciones infructuosas en las que mi respuesta era la misma y no parecía estar por la labor de demostrar que el consumo de alcohol no era la tónica habitual, él llegó a la conclusión de que alguien tenía que tener la culpa de todo. Le echó la culpa la lengua viperina de los envenenadores del pueblo que según él habían intoxicado mi mente en su contra para que no quisiera saber nada de él, le echaba la culpa a su debilidad por la bebida espirituosa… me echaba la culpa a mí por ser tan dura. Pero algo que nunca ha hecho ni hará (motivo fundamental por el que me he deshecho de él) ha sido poner una solución, ni responsabilizarse de sus actos. Nunca ha dejado de beber ni ha intentado demostrarme que puede ser una persona adulta en condiciones.

Ni conmigo ni sin mí.

A lo largo de múltiples conversaciones le insistí en que a mí me daba igual, pero que no podía tenernos a los dos, o el alcohol o yo. Me da igual, dado que no nos conocemos, que escojas al alcohol y que prefieras no seguir intentándolo conmigo… pero si escoges ese camino, no te quejes ni te pongas celoso si hablo con otras personas o dejo que otros hombres me tiren la cuerda. Soy una mujer libre.

Al final topaba siempre con la misma pared: no voy a dejar el alcohol, pero te quiero sólo para mí. Houston, tenemos un problema. El mundo no funciona así. Los hombres, qué digo los hombres, las mujeres también!! Llega una edad en la que tenemos que ser responsables y consecuentes. Si queremos estar con alguien tendremos que asumir un compromiso, el compromiso que conlleva vivir y convivir con una persona para toda la vida. Si no queremos asumir ese compromiso y no estamos dispuestos a hacer lo necesario, deberíamos ser lo suficientemente maduros y responsables como para asumir las consecuencias y dejar libre a esa persona. No pasa nada. Cada uno escoge su camino y es muy lícito que cada uno haga lo que se le antoje con su vida; pero, dentro de esta definición, no sólo estáis vosotros/as, estoy yo también. Si tú quieres beber hasta destrozarte el hígado no tienes por qué obligarme a aguantarlo. Y si tú no quieres dejar de beber para intentar algo conmigo, no tengo por qué impedirlo.

Todo esto me lleva a que estamos rodeados de culpables, pero no maduramos. El tiempo tiene la culpa de que se me helaran los tomates. Ya, coño, madura y crece, podrías haber puesto un plástico y haberlos protegido del mal tiempo… pero no, pegaste el culo al sofá viendo nevar y te quedaste de brazos cruzados mientras te quedabas sin cosecha. ¿Y ahora qué? Como la culpa es del tiempo… ¿lloramos porque no tenemos tomates? Qué absurdo!

Me da mucha rabia la gente que se dedica a lloriquear y a protestar a encararse con todo el mundo en lugar de coger las riendas de su propia vida, asumir las cosas y poner soluciones. ¿Qué clase de vida tendremos si en lugar de hacer cosas nos dedicamos a verla pasar y a echar las culpas a todos los demás?