Recuperando el control

Qué paliza de semanas llevo. Ya no sé si soy persona o no soy persona o qué soy… pero al menos sé que ya pasó la tormenta y que, por primera vez en mi vida, parece que tengo por fin el control de mi propia existencia.

Aprovechando los recursos de la ayuda agrícola que me dieron he conseguido recuperar el control de mis tierras. Por fin las tengo en producción y en curso, lo que significa que este año habré recuperado al menos el 50% de mi economía basada en los recursos. A largo plazo, es lo que me ahorro para poder invertirlo en otros asuntos. Los talleres de plantas medicinales van bien, hay que aguantar el gallinero de personas mayores que se levanta cada vez que se hace un corrillo en las charlas, pero si cribas la información, está resultando muy útil y, al final, lo importante es que entre la monitora y otro par de interesadas serias estamos sacando un catálogo muy interesante de plantas útiles, usos y recetas. Estoy deseando ver la publicación, a ver qué tal nos queda.

Este año, además, como no tengo a nadie más metiendo las narices en mis asuntos, tengo un control mucho más riguroso sobre mi producción, lo que crece, lo que no, las fechas, los riegos, las limpiezas, herbicidas, pesticidas… así que supongo que será por fin un buen lanzamiento. Dicen que viene el año malo y que mantenerlo va a ser más difícil, pero también sé que este año voy a poner en práctica conocimientos externos de otros proyectos que he visto por ahí y que me han inspirado para arreglar los sistemas de riego y para lograr un proceso mucho más fácil de mantener que el tipo estándar que se lleva aquí en la sierra y que implica mayor disponibilidad.

Me he dejado la piel y las manos y parte de la moral en levantar todo lo que he puesto en marcha estas semanas, pero debo decir que me siento muy orgullosa. Además, este año he ganado un plus y es que las negociaciones con supermercados, tiendas y algunos restaurantes están siendo muy positivas y si todo va bien además de ahorrar un dinero podré incluso rentabilizar mi propia producción. Quién sabe, a lo mejor lo consigo y todo.

Dicen que no hay que estudiar para cultivar la tierra. Bueno, ahí están los ingenieros agrícolas, forestales y los biólogos botánicos. Supongo que nunca alcanzaré esos niveles de conocimiento científico, pero si algo sí sé hacer es organizar recursos y amortizar pérdidas. Supongo que si llevo todas mis notas al día, estabilizando mi propio aprendizaje y absorbiendo de todo cuanto tengo a mi alrededor podré hacer algo útil. De momento sé que estoy sirviendo de inspiración para algunas personas y ya puedo responder preguntas de otros que, como yo hace unos años, quieren empezar y no saben por dónde.

Estas semanas, además, me han invitado a talleres de medicina alternativa. Un amigo serio imparte charlas sobre energías curativas, medicina china y meditación y creo que podemos hacer algo juntos en términos naturales. Como wicana en vías de desarrollo, creo que las sinergias energéticas pueden resultar interesantes.

Espero poder terminar pronto mis estudios y mi casa, que está en vías de desarrollo para poder admitir visitas. Tenía previsto tenerla habilitada este año, pero aunque el proyecto vaya con retraso, va a merecer la pena. Al menos, cuando abra, abriré en condiciones.