El mundo es absurdo

Este año ha empezado un lunes, en luna llena, un curioso comienzo. Me gusta.

Lo bueno que tiene el haber pasado el primer día en modo marmota es que me ha dado tiempo a analizar y escuchar todas las estupideces que había acumulado en mi memoria a lo largo de todos estos años. Auténticas y grandes estupideces que nos han inculcado desde vete tú a saber cuándo y que, después de tanto tiempo, he decidido dejar de creerme.

Gilipolleces variadas como:

• Necesitamos una nómina y un trabajo indefinido para tener un paro. Lo siento, gente, pero teniendo manos y pies, teniendo cerebro y capacidad para aprender, cualquier ser humano tiene la misma capacidad que tenían los primeros homínidos que poblaron la tierra para conseguir comida, agua, calor… siempre es posible sobrevivir y construir una vida desde cero. Pase lo que pase, no pueden quitarnos las ganas de luchar ni de vivir porque somos humanos, como aquellos humanos que aprendieron a hacer fuego con piedras y palos… solo que ahora tenemos más recursos y conocemos mejor los elementos para proyectar nuestras ideas. De modo que TODOS los seres humanos somos capaces de hacer cosas.
• El matrimonio y los hijos sirven para realizar a las personas como adultas. El matrimonio y los hijos realizan a algunas personas como adultas, a otras las convierten en meros peones de un tablero de ajedrez dominado por un sistema que convierte a los seres humanos en máquinas de fabricar más y más individuos útiles al sistema. Conozco a padres magníficos que están criando a bellísimas criaturas mágicas capaces de redescubrir el mundo. Pero también conozco a una mayoría ingente que se contenta con parir y dejar que sus criaturas se adormezcan en las escuelas y en los parques a través de los teléfonos móviles, la televisión y las drogas blandas… ¿de qué sirve la maternidad si no se desea criar a los hijos? ¿de qué sirve el matrimonio si cada ser humano pierde su identidad y se convierte en sólo un personaje más con un rol y un papel predeterminado que tiene que seguir? ¿por qué seguimos permitiendo que el sistema nos hunda en la mediocridad?
• Hay que trabajar para comer. Trabajar para comer. Depende de lo que entendamos por trabajar. La realidad es que la comida está ahí: crece gratis en el suelo, corre libre por los bosques, por los ríos, por los cielos… la comida crece todos los años a nuestro alrededor. Sólo hay que encontrarla, saber buscarla, saber prepararla. La agricultura, la ganadería, la pesca, la caza tal y como las conocemos hoy en día están tan desvirtuadas que han alejado de la percepción del ser humano la disponibilidad alimenticia de los recursos que nos rodean. Entendemos que la comida tiene que venir envasada para que sea sana y saludable y, muy tristemente, debo deciros que no es cierto, cuanto más envasada viene la comida más mierda tiene y aunque no os gusten la tierra, los bichos y la sangre, la comida tal como sale del campo es más sana que la mierda que compramos en los super mercados. Básicamente, vivimos en un sistema en el que trabajamos para matarnos con mierda comprada.
• Madrugar es de personas productivas. Madrugar… buf. Hace como un año que no madrugo, ¿para qué? En primer lugar porque no me sale del alma madrugar, en segundo, porque siempre he tenido más actividad durante la noche que durante el día. Llega un momento en el que necesito apreciar a la luna para poder seguir moviéndome. A parte de eso, mis perros suelen salir todos a última hora y nos gusta aprovechar la madrugada porque el parque está vacío para que corran sin tener que irme a ningún sitio especial, es cómodo. Y en último lugar, también diré que mi trabajo actual tiene un horario tardío que me permite trasnochar contenta y levantarme tarde. Supongo que lo de madrugar o no es una elección que depende del criterio de cada cual.
• Los hombres nos dejan embarazadas. Hombres… recientemente tuve relaciones sexuales con un hombre que me dijo textualmente durante el acto las siguientes palabras: «no quiero dejarte embarazada». Flipé. En ese preciso instante de mi vida me di cuenta de que a pesar de estar en el siglo XXI, a pesar de toda la mierda de información que nos meten desde los putos institutos hasta la televisión… la gente sigue pensando que son los hombres quienes dejan embarazadas a las mujeres. Aclaro una cosa: soy mujer, SOY LA ÚNICA DUEÑA DE MI ÚTERO. Puedes meter dentro de mí tu semilla de hombre, pero en mis manos tengo el poder de impedir que esa semilla agarre… y no sólo eso, sino que, además, tengo en mis manos el poder de destruir a la criatura si es que la semilla agarrase. NO PODÉIS DEJARME EMBARAZADA EN CONTRA DE MI VOLUNTAD. En todo caso, somos las mujeres las que nos quedamos embarazadas o no, nosotras decidimos, nosotras poseemos el poder, somos dadoras, guardianas y custodias de la vida. Vosotros podéis ser padres y cuidar y proteger a vuestra prole y a vuestras esposas, pero sólo sois portadores de la semilla que puede o no germinar en función de nuestro consentimiento.
• Necesitamos a la Seguridad Social para curar nuestras dolencias. La Seguridad Social… opinaría que es útil si no fuera porque hemos permitido (al menos en mi país) que nuestros gobernantes retiren el dinero que sale (espera, qué fuerte, ahí va la noticia) de nuestros impuestos cuando trabajamos (¡no! – sarcasmo). Sí tíos… nos meten en la cabeza la mierda de que tenemos que trabajar con un contrato y una nómina para pagar los impuestos que se supone que van destinados para la educación, la sanidad y todo ese rollo pero… oh, sorpresa, cuando necesitamos una intervención médica nos encontramos con que trabajemos lo que trabajemos nuestros impuestos no son suficientes y la atención sanitaria que nos ofrecen en nuestro país es deficiente. Y lo que no nos enseñan en los coles, al igual que ocurre con el tema de la comida, es que la medicina a menudo crece en el suelo. Llevo cuatro años curándome con plantas medicinales y tengo un cuaderno lleno de apuntes de todas las plantas que he utilizado y probado en mi propio cuerpo. Ah… sí… también ABORTIVAS. Es decir, que no tenemos que tomar la píldora, señoras y señoritas, hay puñados de plantas de nuestros jardines, supermercados y bosques que sirven para lo mismo sin alterar nuestro organismo ni provocar alteraciones hormonales densas. Oh, sí… ahí va otro secreto: las mujeres podemos tener la regla sin sufrir una marea hormonal y sin que se nos note. Uf, qué miedo da el mundo ahora, ¿no? Lo que pasa es que nos han sensibilizado tanto con el tema de las cosas esterilizadas que nos pasa con la medicina natural lo mismo que con la comida: preferimos mierda química antes que hojas verdes. Luego nos da cáncer y lloramos.
• No podemos solucionar nuestros problemas porque no están en nuestras manos. Los problemas… siempre la culpa es de alguien: el clima, la sociedad, los demás, mamá y papá, el estado, los políticos, los votantes del PP… aish. A ver, ya he escrito un post entero sobre esto, así que no me extenderé en este punto. Lo diré simplemente: tu vida es tuya, puedes vivir o puedes sentarte en un rincón a quejarte, pero si quieres cambiar las cosas tendrás que hacer el esfuerzo de levantar el puto culo y empezar a enfrentar tus putos miedos porque la única manera de ser feliz y es haciendo lo que a uno le hace feliz, no quejándose de la infelicidad.
• Hay que sufrir para poder vivir. El sufrimiento, el miedo, la impotencia… nos han acostumbrado a tener miedo de las consecuencias de nuestros actos. Nos educan para tener miedo y, como sobre esto ya he escrito, lo único que tengo que decir al respecto es que el miedo es sólo un invento que sirve para impedir que las personas aprendan cosas nuevas. El miedo es un freno, una herramientas que utiliza el sistema para tenernos a todos bien sentados en nuestros sillones, sin levantarnos, sin intentar ser diferentes, sin originalidad. Nos han estandarizado y hemos permitido que lo hagan porque nos da miedo la opinión pública que no es más que un constructo manipulado por los medios de comunicación, la política y las religiones para que en lugar de ser las maravillosas personas que somos capaces de construir un mundo mejor seamos las herramientas en manos de unos pocos que seguirán usándonos para lucrarse y vivir como les de la gana a nuestra costa.
• La estabilidad es importante. La estabilidad… TAMPOCO EXISTE. Es un mito, una leyenda… lo único estable es que la vida es inestable. Hay altibajos, los tiempos cambian, los ciclos cambian, las estaciones cambian, la evolución es constante en el universo, todos los años hay especies nuevas de plantas y animales, todo se mueve. La estabilidad es un concepto capitalista creado a partir de la revolución industrial que ha servido para ,mantener en funcionamiento un sistema de vida y de trabajo y de creación de recursos económicos virtuales que actualmente están colapsando todos los mercados. Ya no tiene sentido hablar de estabilidad porque el sistema para el que se fabricó la estabilidad es un sistema que se está muriendo. Ahora lo importante es que tenemos que ser capaces de cambiar, de adaptarnos, de ser asertivos y resilientes. No hay más. Si no somos capaces de adaptarnos, no seremos nunca capaces de evolucionar como especie y acabaremos extinguiéndonos.
• Podemos poseer… cosas, animales, plantas, tierra… el ser humano ha privatizado la vida en términos generales. Propiedad privada… uf. Tenemos un problema grande con el tema de la posesión de las cosas y el apego. Las cosas son cosas. A veces las tienes y a veces no, pero no puedes cargarte de cosas que te ocupan espacio y te comen el tiempo, te dan trabajo, no resultan útiles ni prácticas y, además, te impiden vivir tu vida y seguir adelante. Los animales nos pertenecen, según la ley sí… pero la realidad es que la mitad de las personas que tienen animales ni siquiera son apreciados por sus mascotas, ni por sus hijos. Son seres vivos, no son cosas que puedas poner encima de un mueble y dejarlos estar… son seres, criaturas, necesitan crecer, evolucionar y sentirse amados y queridos y protegidos por sus familias. Hasta los animales de granja y los animales salvajes del bosque son nuestros hermanos. Todos formamos parte del mismo ciclo, ¿por qué nos pensamos que los humanos somos la única especie molona del planeta? Dependemos de los animales, de los niños y de los ancianos igual que ellos dependen de nosotros (sí, estoy modo heavy on y he mentido a los ancianos y a los niños con los animales, ahí lo dejo) para poder sobrevivir. Es ridículo pensar que el ser humano puede subsistir en un mundo sin animales ni plantas ni agua ni viento… es ridículo. Simplemente eso.
• El mundo es inalcanzable. El mundo. Esta sí que es gorda, pollito. Siglo XXI (por si no lo habéis notado aún), tecnología, comunicaciones, Apps, smartphones, ordenadores, internet, Blablacar, Coahsurfing, Amovens, transporte público, vuelos, trenes, Amazon, Seur… ¿veis por dónde voy? La cantidad de gente que todavía piensa que cualquier ciudad, país o simplemente lugar diferente al que no se pueda ir en dos horas en coche está en otra galaxia… a ver… el mundo es grande, pero no tanto; y de todos modos ahora podemos viajar a cualquier parte del mundo en un plis plas y no siempre necesitamos un pastón. ¿No va siendo hora de formar parte del mundo en lugar de vivir con la nariz metida en nuestros teléfonos pensando que quizá algún día podamos viajar? Nos están distrayendo… para que no nos movamos de nuestros trabajos sistematizados.
• La magia no existe. Si abrir los ojos y descubrir que el mundo nos pertenece y que realmente podemos hacer cualquier cosa que nos propongamos no es magia, no sé qué será.

Feliz año, supongo… y espero que seáis capaces de hacer todo aquello que soñáis y deseáis.