Informe falseado o información falsa?

No hace mucho tuve un percance singular. Me dirigía al lugar donde hacíamos los talleres, cuando aún intentaba recuperar la normalidad y me esforzaba por confiar en la gente, cuando un payaso se metió por dirección contraria con el coche y estuvo a punto de atropellarme. ¿Te imaginas el susto con la ansiedad social que tengo después del atentado?

Recapitulo, por si te has perdido. La Guardia Civil, la semana que duró la investigación, vino a interrogarme sobre un sospechoso en concreto que yo no había contemplado. Me dieron su nombre, me enseñaron su foto y me dijeron que no podía decir nada, pero que todos los indicios apuntaban a esa persona. Ese día me enseñaron un mechero que traían guardado en un bolsillo, así, sobado con todas las manazas, porque aquí no se cogen huellas de nada nunca. El Sargento dijo que lo habían encontrado en el lugar del delito el mismo día y que si yo sabía algo. Básicamente, era un mechero común y corriente de los que venden en los bares y de los que tenemos todo el mundo seis o siete en casa. Si no le sacaron las huellas y lo contaminaron con las suyas, de poco iba a servir.

Con respecto al sospechoso sólo puedo decir que es del pueblo, que me cruzo con él todos los días, y que como la Guardia Civil no tenía pruebas para llevarlo a un juzgado lo único que puedo hacer es no decir nada para que no sospeche y no diga que lo están acosando y esperar a que vuelva a atacarme a ver si con suerte lo pillamos. De ahí la ansiedad social.

Volviendo al tema. Cuando el coche se lanzó contra mí, me vi obligada a saltar contra un muro para evitar el atropello. El susodicho, no contento con eso, bajó la ventanilla y me gritó:

«¿Es que no te quieres morir nunca?» y salió perdiendo el culo dejándome allí.

Me dio un ataque de pánico tan sumamente grande, que tuve que correr hasta el edificio del taller y llamar al centro de salud para que me asistieran. No fui capaz de salir del centro hasta que vinieron los médicos.

Les conté lo sucedido, me atendieron allí, me hicieron un parte sanitario y me llevaron hasta casa porque me daba pánico cruzar el pueblo sola.

Me recomendaron que pusiera una denuncia, así que al día siguiente llamé al cuartel, les conté lo sucedido y dos Guardias a los que no conocía de nada me vinieron a buscar y me atendieron amablemente para poner la denuncia.

Les hablé de los acosos sociales del pueblo y me dijeron que denunciara, pero claro, me da igual denunciar o no porque en Sequeros siempre se cubren entre ellos y son todos contra una sola. Incluso el propio Alcalde ha llamado alguna vez a la Guardia Civil para impedirme poner una denuncia teniendo un parte de lesiones en mis manos para demostrar los sucesos. ¿Qué puedo hacer yo contra eso?

No me conocían. Pero les sonaba mi nombre de algo. Y salió el tema del asunto de los coches.

No sé cómo pasó. Pero aquella pareja tan amable me contó que habían leído el informe y me hicieron un resumen peculiar. Por lo visto, en el informe pone que el Cabo encontró el bote de acelerante el mismo día del atentado. Qué raro, ¿el bote que encontré yo tres semanas después y que puedo demostrar con la fecha de la fotografía que le hice?

No sé si sería casualidad o no. Pero a esos dos se les fue la lengua y me contaron un montón de cosas que no voy a escribir aquí por motivos de seguridad. Básicamente, me dejaron claro que mucha gente miente, y no todos son civiles.

En resumen. El Ayuntamiento miente, la Guardia Civil miente y medio pueblo miente. Obviamente, ante las mentiras no pueden recabar pruebas, no se pueden encontrar pruebas de lo que no existe.

Tengo la sensación de que intentan hacer todo lo posible por cortarme los suministros. La secretaria del ayuntamiento ha sido muy borde conmigo esta semana cuando le pedí por favor que enviara por ventanilla única la documentación a servicios sociales. Dijo que lo haría, pero que no podía enviarme el justificante. Y tengo la sensación de que no lo ha hecho.

¿Me fío o no? Si me fío y estoy en lo cierto, van a dejarme sin nada, como si pretendieran obligarme a cometer el error de hacer lo que quieren que haga que no pienso hacer en mi vida. Si no me fío, lo peor que puede pasar es que los documentos vayan duplicados a Servicios Sociales.

Así que, mañana mismo me ocuparé personalmente de imprimirlo todo y enviar por correo postal una explicación muy explícita sobre por qué lo re envío y por qué desconfío del servicio de los profesionales de mi entorno. Por lo menos, me aseguro de que queda constancia de que algo está pasando.

Esperaba que los cuerpos de seguridad y las autoridades políticas fueran más inteligentes y más cultos, nunca imaginé que mentirían tan descaradamente y que se dejarían pillar tan fácil. ¿De verdad esperaban que fuera tan estúpida? No tengo ni idea de qué va el rollo, pero esta película cada día me gusta menos.