Anónima, Geek… bruja, guerrera, libre, liberada. Esta es la historia ficticia de mi particular guerra real.
Mi daemon, ad me veni
Mi daemon, mihi labora
Mi daemon, me libera
Este texto aparece, por primera vez, en la serie creada por Elta Spalding y Michelle Ashfor Las Brujas de Mayfair, una obra de arte increíble que trae a la pantalla la saga novelística del mismo nombre de la prolífica autora del mundo oscuro Anne Rice. Yo la vi en Amazon Prime y tengo que decir que me impresionó, aunque evidentemente no es exacta al libro y la adaptación introduce muchos cambios, en lugar de hacer la crítica os recomiendo que la veáis y juzguéis vosotros mismos. Tanto si habéis leído los libros como si no, merece la pena.
Está en latín y literalmente se traduce al español como:
Mi demonio, ven a mí
Mi demonio, trabaja para mí
Mi demonio, libérame
Se supone que hace referencia a la naturaleza maligna del demonio o espíritu causante de la trama de la serie. Pero no os dejéis engañar… para entender la profundidad del texto escrito hay que saber Latín y tener nociones del mundo clásico. ¿Adivináis quién tiene el Latín en su currículum entre otras muchas capacitaciones ocultas? A ver, para no dar lugar a confusiones, no hice magisterio ni filología ni nada de eso; pero sí que estudié latín y griego dos años consecutivos y también me formé en ética y filosofía como asignaturas alternativas, siendo una de mis más grandes pasiones la literatura clásica. Creo que ya he mencionado en entradas antiguas que empecé a leer a Platón siendo una cría por mi cuenta y no sólo lo entendía, me enamoró. Soy una flipada de la cultura clásica.
Y una apasionada de la magia, de la energía del universo, y de la consciencia. Creyente y practicante, de ahí la pasión sobre la brujería y todas las analogías fantásticas con las que siempre adorno mis relatos. Es mi mundo particular.
Para cualquier muggle del mundo moderno, es fácil interpretar la palabra “demonio” como un equivalente al diablo, a Satanás y similar. Tenemos la cultura cristiana muy interiorizada y la referencia cultural nos sale prácticamente natural, sin darnos cuenta. Pero lo que la mayoría de la gente no sabe, es que en latín, daemon, no significa Satanás.
Pensadlo bien, el Cristianismo surgió mucho después de las culturas politeístas que inundaban nuestro país antes de que fuéramos un país. Los griegos no conocían a Dios y, por tanto, tampoco conocían al Diablo. Fue mucho después, antes de la caída del Imperio Romano, cuando el emperador Constantino cambió la capital de Roma a Constantinopla y adoptó el Cristianismo como religión formal.
De modo que es imposible que daemon, traducido del latín como demonio, signifique necesariamente diablo. Entonces, ¿qué es? Os lo explico. Para los antiguos griegos, los daemonēs (plural latino de la palabra daemon) eran seres mitológicos benévolos que se encontraban en un término medio entre los humanos y los dioses o, como los definió Platón, entre los mortales y los inmortales. Si lo buscáis en un diccionario profesional, encontraréis muchas más acepciones para esa palabra, entre otras la de Espíritu Guardián.
Para mí, hablar de Daemon es hablar de Espíritu, y hablar de Espíritu, según mi propia cosmogonía del universo, es hablar de la energía y el poder de todo, el latido que hace funcionar las cosas, la conexión que nos une y nos enlaza a todos: seres vivos, universo, mundo. Para mí, el espíritu es la red que fluye: todos formamos parte del mundo, todos pertenecemos al mundo y, de la misma manera, el mundo nos pertenece, porque todos somos todo, pequeños átomos que configuran todo un poder mucho más grande, vivo, real, orgánico; con el que podemos crecer, comprender, evolucionar, soñar, construir… en fin.
Inexhausa magica, ad me veni
Inexahusta magica, mihi labora
Inexhausta magica, me libera
(Magia inagotable, ven a mí; magia inagotable, trabaja para mí; magia inagotable, libérame)
…
El tiempo pasaba con lentitud y el mundo se mostraba inamovible. Todo parecía mantenerse tal cual estaba en el momento de mi despertar. Reinaban la calma, el silencio, la monotonía y el zumbido inherente de la desidia y el sopor de una tierra rendida a un régimen anodino y vulgar. Pero ya no se oía hablar de guerra ni de caos. Se daba por sentado que todo había terminado.
Sin embargo, nosotros seguíamos el plan con mucha cautela, procurando ser precisos y desarrollando algo nuevo que no habíamos tenido nunca: paciencia. Todos estábamos exactamente donde teníamos que estar haciendo exactamente lo que teníamos que hacer. De vez en cuando, mirábamos al cielo y al horizonte preguntándonos cuándo llegaría el momento oportuno. Pero guardábamos el secreto con tanto celo que ni siquiera hablábamos de ello entre nosotros, en espacios privados. Sólo seguíamos los pasos, incansables, punto por punto y nos confirmábamos unos a otros con una sonrisa leve, una mirada cómplice, un saludo cordial con la mano o un breve asentimiento de cabeza. No teníamos que decir nada, nos lo sabíamos de memoria, todos los datos, todos los pasos, todas las fechas, cuándo y cómo había que hacer qué. Y eso era lo que hacíamos.
Mi hermano se ocupaba de sus cosas sin ambicionar absolutamente nada ni mostrar interés por los sucesos acontecidos durante su ausencia. Había regresado para recuperar sus tierras, tomar posesión de su pequeña porción del mundo, establecerse y vivir tranquilo ausente de más problemas el resto de su vida. No deseaba más guerras ni luchas ni batallas. Tampoco deseaba saber nada de mí ni del pasado ni de lo que ocurriera. Corrían rumores por ahí y de vez en cuando me los contaba durante nuestras cenas. Unos decían que estaba muerta, otros que estaba derrotada, otros que vagaba errante por el mundo con sed de venganza. Pero nadie me ubicaba en realidad. Mi existencia se había esfumado dando lugar a muchas leyendas. Eso era bueno, si ponían la atención en la ficción no mirarían al suelo. Nos daban espacio para maniobrar.
Yo aprovechaba mi desaparición para recuperarme del todo y desarrollar las nuevas competencias desbloqueadas recientemente. Piel de Oso me había ayudado a encontrar mi verdadero poder y a reconocerme a mí misma y disfrutaba con mi nueva consciencia.
“Sabían quién soy”, le dije una vez a mi hermano, absorta en mis pensamientos místicos, “, pero nadie sabe qué soy… esa es nuestra ventaja”
Como siempre, él sonrió sin pedir explicaciones. Ya conocía la extensión de mi poder místico y era consciente de que mi capacidad no tenía límites. Si los tenía, ni siquiera nosotros los conocíamos.
Mientras tanto, el plan del acuífero dio resultados. Llevó su tiempo, pero fue tan discreto que nadie se percató. No fue fácil, fue complicado, laborioso y extremadamente aburrido, pero finalmente logramos descubrir todas las conexiones y, lo más importante, los flujos de información. Por fin lo sabíamos todo, de dónde a dónde iba, dónde y cómo se transformaba, qué se movía, dónde nacía, por qué nacía, todo, toda la información del mundo con meridiana claridad. Ya sabíamos con total exactitud qué había pasado y cuál era la fuente. Sólo nos faltaba conocer el por qué. Pero eso era cuestión de tiempo ahora que estábamos infiltrados en la telaraña. Nadie lo sabía y nadie lo sabría hasta que llegara el momento, esa fue la maniobra más difícil y más grandiosa: ni siquiera necesitábamos estar presentes en el mundo y ya teníamos el poder de mover los hilos a nuestro antojo. Seguía siendo una tarea delicada, sofisticada y compleja para sólo dos o tres criaturas aisladas, pero ya no éramos los niños impetuosos que fuimos. Habíamos madurado y no teníamos prisa.
A veces me escapaba para regresar a la cabaña del bosque. Piel de Oso ya no cuidaba de mí, pero me prestaba encantado sus habilidades como catalizador. Era curioso, yo quería aprender del mundo con su ayuda y él quería aprender de mí a entender el mundo. Extraña sinergia. Así que eso era lo que hacíamos. Él conectaba y canalizaba las energías poderosas que me habían liberado y yo les daba forma y desentrañaba los secretos del universo. Me dolía su curiosidad porque aunque quería, creía firmemente que no podía enseñarle esta habilidad. Siempre he pensado que debe de nacer de uno mismo.
Anoche, sin embargo, pasó algo nuevo. El horizonte se abrió, tal y como estaba previsto, y el torrente de magia y energía empezó a fluir. Normalmente, él me la traspasaba y cuando era demasiada energía me veía obligada a poner las manos en el suelo para liberarla. A veces era más de lo que yo sola podía gestionar. Qué error más grande y qué negligencia por mi parte. Mi forma humana prejuiciaba mi comprensión del mundo y como una egoísta creía que todo lo que entraba en mí era para mí. Pero no. Antes de que la energía contenida en el cuerpo del catalizador saliera canalizada hacia mi persona me aparté de un salto.
Me miró confuso, era la primera vez que acumulaba tanto poder y no podía darle salida. No tenía ni idea de lo que estaba pasando. Al contemplarle supe que mi instinto era real: si podía canalizarlo, podía gestionarlo. Todo aquello se acumulaba en su interior, le llenaba y le retorcía por dentro. Demasiada potencia para una sola batería. Suavemente, le obligué a arrodillarse y abrir los brazos en cruz. Sus ojos brillantes y confusos clavados en mis pupilas exigiendo una respuesta que no podía darle. No podía explicárselo, tenía que demostrárselo.
“¿Confías en mí?”, susurré convencida.
Asintió y con la punta de un solo dedo empujé suavemente su frente hacia atrás alineando toda su columna vertebral para facilitar la entrada de energía.
“Cierra los ojos”, obedeció, “lo sientes, ¿verdad? Siempre lo has sentido”
“Ya lo conozco”, susurró él. No sé muy bien si era una súplica para que le librara de aquello, un interrogante curioso o una afirmación sincera, el flujo de energía me zumbaba en los oídos y la vibración era demasiado fuerte entre nosotros.
“Estira los dedos”, obedeció, pero esta vez no permití que se le escapara la energía, bloqueé las salidas para obligarle a contenerla y notó cómo se almacenaba en su interior agolpándose con la frenética y desquiciada intensidad de un torbellino, el mismo torbellino que me había liberado, “Ahora sé consciente: es tuyo, amor, te pertenece. No dejes que pase a través de ti. Absórbelo, almacénalo, siente cómo se transforma en tu interior y deja que recorra tu cuerpo. Inúndate, contrólalo”.
El mundo físico desapareció de nuestra percepción y trascendimos. Por primera vez, trascendimos juntos. Ya no estaba sola en el centro mismo de la existencia del mundo. No era yo la que se elevaba con su ayuda y tiraba de su esencia en busca de la conexión. Hice el camino hasta la puerta y me siguió sin dudar.
“Siempre quise hacerte este regalo”, le susurré cuando llegamos al umbral, “pero ni siquiera sabía que podía hacerlo”
La llave que abre las puertas. Piel de Oso encontró el camino, siguió el camino, alcanzó la puerta correcta y yo fui su llave, como lo he sido siempre en tantas otras circunstancias. Anoche abrí una puerta mágica que jamás volverá a cerrarse, una puerta poderosa que se interponía entre una única persona física, individual, singular, y el todo orgánico que configura la realidad misma del mundo. No podría explicarlo con palabras, siempre dije que mi mayor frustración es esa, aún no existen las palabras exactas para definir aquello que la mente humana racional todavía no ha descubierto. Por fin, la oportunidad se abrió y lo entendió. Pudo experimentarlo por sí mismo sin dar lugar a errores ni discrepancia. No se trataba de una teoría, es la realidad, una realidad colectiva y existente que está más allá del mundo material conocido. Una verdad soberana y absoluta que durante siglos ha sido estudiada, discutida y teorizada a través de religiones y ciencias que aún no han llegado a resolverla. El mundo no está preparado para eso, pero hay criaturas especiales que saben que la trascendencia es posible, alcanzable. Y sólo unos pocos privilegiados logran llegar a su centro. Todo lo que sucede más allá es un misterio que tenemos que experimentar.
Ni siquiera le toqué. Con la punta de los dedos, deslizándome a escasos centímetros de su piel, dirigí el flujo de energía. Como una madre que enseña a un niño a montar en bicicleta, le guié, le demostré y le invité a seguir el curso hacia su interior. Le mostré cómo se movía, dónde se almacenaba, cómo se transformaba, cómo se liberaba.
“Es tuyo”, llegó la hora de entenderlo, “no es prestado, no es una transferencia, no tienes que pagar un precio, no tienes que quedártelo ni acumularlo, ni siquiera tienes que gastar tu propia energía. No somos baterías de litio”, sonrió, la metáfora eléctrica era algo que entendía muy bien, “no nos gastamos y nos recargamos, no es necesario. El Universo te pertenece, igual que tú perteneces al Universo. Todos pertenecemos al mismo mundo. Somos el mismo mundo. Y el mundo nos pertenece a todos por igual, como a cualquier criatura viva. Estamos conectados. Siente la inmensidad de la vida a tu alrededor, escucha el ruido que se esconde en el silencio. Todo ese poder que percibes ahora te pertenece por derecho como el agua, el viento, la luz del sol… es un flujo constante, una energía renovable y nosotros somos como las células fotovoltáicas de tus placas solares, podemos absorberla, transformarla y dirigirla. Es tuya. Siempre la has canalizado, ahora sólo gestiónala. Está ahí, rodeándolo todo, envolviéndolo todo, nos pertenece. Úsala cuando la necesites, para lo que la necesites, enfócala. Trasciende.”
“La conozco”, susurró escuchando mis palabras, analizando la situación, concentrado en aquello que se movía dentro de su ser, en cómo lo dirigía y moldeaba. Se concentraba, lo percibía y comenzó a entender.
Guié todo el torrente hasta sus entrañas convirtiéndolo en un torbellino que lo acumulaba todo. Al principio muy deprisa, luego, poco a poco, según iba tomando consciencia y empezaba a seguir mis movimientos fue más lentamente. Aprende deprisa. El exceso y la velocidad frenaron de golpe y la energía dejó de correr salvaje a través de su cuerpo. Ahora controlábamos juntos la situación, empezaba a tomar consciencia y a comprender cómo funcionaba. Cuando todo parecía calmarse, guié la energía transformada a través de los puntos de salida. Me aseguré de que recorría todo su cuerpo, hasta las puntas de todos y cada uno de sus dedos. Y dejé que saliera.
“¿Puedo cerrar los puños?”
Estaba preparado. El niño empezó a pedalear seguro de sí mismo y solté el manillar y el sillín de la bicicleta.
“Puedes hacer lo que quieras. Te pertenece. Regúlalo, libéralo, transfórmalo, contrólalo”
“Siento tu calor como mil manos cubriendo todo mi cuerpo”, me dijo experimentando con la energía, trataba de describir lo indescriptible tal y como yo lo intenté cuando quise compartirlo. Sólo que ahora compartíamos la experiencia y yo sabía exactamente lo que se siente. Disfruté observando su proceso y me sentí orgullosa de ser partícipe de aquella primera vez. Nunca había visto a nadie evolucionar a mi mismo nivel, nunca había sido maestra de nadie.
No era consciente, pero ya no estaba a escasos centímetros de su piel. En el plano físico nos separaba todo un metro de distancia. Estaba descubriendo el alcance ilimitado del plano astral.
“No son mis manos, es tu magnitud, te estás expandiendo. Sé consciente de todo lo que abarcas, todo el espacio que ocupas. Lo que sientes es la naturaleza misma de las cosas, la conexión, el todo que nos conecta.”
Ahora sé lo que sienten las personas cuando trasciendo y me contemplan. Nunca me habría visto a mí misma, pero por fin comprendo el anhelo, el deseo de percibir algo tan puro y tan grande cuando observan mi transformación casi imposible. Ya no era la misma persona. Irradiaba una luz indescriptible, una energía poderosa y vibrante. Su expresión de asombro pasó a la de comprensión y después se convirtió en otra cosa: seguridad. La misma seguridad que se siente cuando por fin conoces algo que nada ni nadie puede cambiar, algo que es puro, indiscutible, algo único, real y tremendamente poderoso. Y al mismo tiempo tan sencillo, tan simple, y tan al alcance de cualquiera que lo desee de verdad.
“Me has cambiado el mundo para siempre”, confesó asombrado y agradecido.
“No, cariño, lo has cambiado tú sólo. Yo sólo te he mostrado lo que tú ya tenías”.
Aquel fue mi regalo. De alguna manera ahora puedo hacer lo mismo que hizo por mí. No sólo con él, no sólo conmigo, puedo hacerlo con cualquiera que esté dispuesto a emprender su camino. Así fue como anoche demostramos el poder soberano de la conjunción entre una llave y un catalizador. Un poder que podemos compartir, transmitir y propagar por el mundo generando consciencia a niveles incognoscibles para la nimiedad de la mente humana.
El poder del Universo es inconmensurable. Si puedes sentirlo, si puedes alcanzar esa plenitud, sabes que la única manera de expandirlo es liberándolo. Si lo almacenas se estanca, se pudre y te corrompe. Pero si lo entiendes, si llegas a comprenderlo con honestidad, sabes que debe fluir.
Anoche supimos que estábamos de acuerdo en algo profundo, un origen de todo. La única forma posible de amor, el único modo de amar… es amando, tal y como el mundo nos ama con toda nuestra diversidad y nuestras múltiples diferencias individuales: como el todo del que todos formamos parte que nos acepta como somos y al cual tenemos que aceptar. Sin coacción, sin egoísmo, sin pretensión… sólo amor, en la más pura y salvaje libertad. Sólo así podemos propagarlo en el mundo que habitamos, hay que dejarlo fluir a través de todas sus criaturas para que trascienda.
No sé si vigilan, investigan o especulan
Échales un cable a ubicarme, que vean que intento tener una vida sana, ¡palabra!
Colaboran ¡ME SOPORTAN!
=>> Sonia López Rodríguez: asesora en contenidos, guión y mucho amor.
=>> Juan Carandel Rojo: corrector editorial, asesor histórico.
Estos chavales se merecen un poco de consideración, échame un cable a compensarles todo lo que me soportan.
Este blog es pura ficción, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia y sólo demuestra que tienes un problema severo de autoestima y protagonismo. No seas ególatra!! Se trata de mí, no de ti, por una vez en mi vida.
Además es como la peli del Makinavaja: va a ofender a todas las insituciones posibles habidas y por haber… así que si te ofende, es que hice bien mi trabajo o te autoidentificaste como parte del problema social.
Colaboran y ¡ME SOPORTAN! (no sé muy bien por qué):
=>> Sonia López Rodríguez: asesora en contenidos, guión y mucho amor.
=>> Juan Carandel Rojo: corrector editorial, asesor histórico
Estos chicos se lo merecen más que yo, están ahí siempre aguantando todo lo que no llega a publicarse. Estírate un poco y échame una mano parara poder recompensarles:
Anónima Geek by Bárbara H Ballesteros is licensed under CC BY-NC-ND 4.0
Arte, Ecoturismo y Desarrollo Rural Sostenible
Cultura, turismo y patrimonio histórico en Sierrade Francia y provincia de Salamanca
Creaciones
Un lugar donde sacar cómo nos sentimos y desahogarnos un poquito
"El umbral de tus sueños. Y si insistes, de tus sombras también"
Blog de relatos cortos y poesía.
Escribir es una parte distintiva de mi ser. Siempre acudo a la escritura para salir de la realidad y también para entrar y profundizar en ella. Escribiendo analizo y entiendo mejor la vida y sus persona-jes. Escribiendo me suelto, y recuerdo y fijo las memorias. Por primera vez me decido a mostrar lo que escribo: ideas, historias que tejo, que la gente me deja en su tránsito, o me hace imaginar con su actos o palabras, cosas que recuerdo a medias o apenas intuyo, invenciones, literatura procesada, escenas vividas y soñadas, recuentos de dolor y exilio, de abandono y pérdida, de mucho amor mezclado con todo lo anterior. Ojalá me encuentren, se encuentren un poco, disfruten y estos textos los hagan pensar y sensibilizarse. Gracias por leer-me.
Blog di fotografia: news, fotografia artistica, maestri della fotografia, tecnica fotografica, fotocamere, tutorial Photoshop, corso di fotografia gratuito
Recopilación de las más interesantes imágenes educativas
En ROLLORCA S.L, ofrecemos una gama completa de servicios de reformas y diseño de interiores para satisfacer todas tus necesidades. Ya sea que estés buscando una renovación completa o simplemente quieras rediseñar el interior de tu espacio, estamos aquí para ayudarte. Nos enorgullece ofrecer soluciones personalizadas para cada cliente. No importa el tamaño del proyecto, nos comprometemos a proporcionar un servicio excepcional y a garantizar tu satisfacción. Contáctanos hoy mismo para empezar a transformar tu espacio.
De todo un poco
¡Dream Big Miga!
Lo que dice la gente: