¿Conflictiva? No: reactiva y dominante

Últimamente, innumerables personas a mi alrededor me dicen que la Guardia Civil de mi zona me califica como persona conflictiva. ¿Sabéis qué significa esa palabra en realidad?

conflictivo, va:
1. adj. Que origina conflicto.
2. adj. Perteneciente o relativo al conflicto.

Fuente: rae

¿Cuándo he originado yo un conflicto? NUNCA. Los conflictos me los han originado siempre personas impertinentes, aburridas o incompetentes que no han sabido hacer su trabajo o se han dejado llevar por un instinto errático y bastante conveniente. No tengo la culpa de haberme visto obligada a defenderme de los ataques que he sufrido y padecido en esta Sierra desde que se produjo el atentado contra mi propiedad. No hice nada más que defenderme de las amenazas, los abusos de autoridad y los acosos persistentes, además de mi caso, mi propiedad privada, mi nombre, mi imagen injuriada y, sí, mi familia. ¿Qué habría hecho cualquier otro en mi lugar? ¿Se me considera conflictiva por defender mis derechos y negarme a que las cosas queden como si no hubiera pasado nada sin siquiera merecer un poco de justicia?

Hablando de conflictos: ¿sabíais que un mozo de la Benemérita de la zona ha estado pasando mi número de teléfono por todo su grupo de amigos para que contacten conmigo en busca de una cocaína que no tengo por WhatsApp y usando su nombre como garantía de confianza? Tengo las capturas de pantalla guardadas con los números de teléfono y la alusión directa al caballero en cuestión. El mismo mozo que no tiene valor ni para mirarme a los ojos cuando se cruza conmigo por la calle. ¿Eso es ser conflictiva? ¿O podemos considerarlo verme envuelta en un presunto conflicto de intereses entre una mala investigación o la actuación de un poli corrupto y su panda de padres con nostalgia gatuna de una adolescencia rebelde perdida? Quizá deberían preguntar al susodicho de dónde sacan sus amigos lo que consumen en fiestas (deduzco que lo hacen si lo van buscando los sábados por la noche)… igual lo saben mejor que yo. O quizá estén mal informados, tal vez deberíais revisar vuestras fuentes si vais a seguir con las calumnias. Igual el problema no soy yo.

En cualquier caso, tal y como mi tatuaje indica (gracias infinitas a Ainur por la obra de arte), no me considero para nada conflictiva. Más bien REACTIVA y DOMINANTE. Os lo traduzco para que me entendáis en términos profesionales.

Desde el punto de vista de la Etología y Psicología Caninas, se considera reactivo a un perro que reacciona ante diversos estímulos que le producen una situación de estrés, miedo o ansiedad. Generalmente, la reactividad suele confundirse con la agresividad, pero no tiene nada que ver. En realidad, los perros no quieren atacar, sino que lo que buscan es alejarse de aquello que les produce fobia o aproximarse desesperadamente a aquello que les produce seguridad. Es decir, es una reacción fisiológica del sistema nervioso parasimpático ante una situación o fenómeno externo al animal que le causa la necesidad desesperada de hallar una solución.

Siguiendo la misma línea explicativa, en la actualidad, se considera dominante a aquel perro capaz de gestionar y controlar las situaciones circundantes que afectan a su manada procurando siempre estar alerta y resolver el conflicto antes de que se produzca, protegiendo y educando a los miembros que forman parte de su familia y manteniendo el orden y el posicionamiento del rol de cada perro dentro de su grupo. Es decir, que dominan la situación y mantienen el control. Generalmente, suelen ser los perros que muestran más estabilidad y menos conductas agresivas, ya que se ocupan de reducir esos niveles entre los suyos para evitar los posibles problemas antes de que sucedan.

Ese paralelismo entre la mujer moderna del siglo XXI y el perro en la sociedad contemporánea fue lo que me llevó a hacerme un tatuaje tan concreto. Me explico. Los adiestradores poco versados en las tendencias de investigación actuales, consideran reactivos y dominantes a los perros con problemas de agresividad o a aquellos que reaccionan descontrolados sin atender a la causa que origina su comportamiento. Hoy en día, está demostrado que los animales tienen los mismos problemas que los humanos y que atendiendo al trasfondo de la reacción y apoyándolos con refuerzos positivos, en lugar de usar técnicas agresivas bastante contraproducentes, se puede llegar a resolver el problema en tiempos realmente sorprendentes. Lo contrario suele agravar la situación en detrimento de la salud física y mental del dueño y del animal y tiende a acabar en verdaderas catástrofes que hoy por hoy se consideran una barbarie (como el sacrificio, el abandono, o el suicidio y el asesinato, en el caso de las mujeres maltratadas que no son debidamente atendidas).

¿Y dónde está el paralelismo de todo esto conmigo misma? Muy fácil: si un perro se siente agredido y se defiende, es conflictivo; si una mujer se siente agredida y se defiende, es conflictiva. Si yo me siento atacada y agredida por una sociedad misógina e interesada que busca suprimirme de la existencia misma a conveniencia después de haber sido víctima de malos tratos y de un incendio provocado con premeditación y alevosía a mí propiedad, soy conflictiva. Y ese es el grandísimo error que comete una sociedad adoctrinada que todavía no sabe que el franquismo murió el siglo pasado: no somos conflictivas, somos reactivas, porque reaccionamos ante los ataques injustos; y dominantes, porque nos arremangamos y buscamos la manera de controlar la situación hasta recuperar nuestra vida, nuestra integridad y estabilidad física y psicológica, la de nuestras familias (aunque sean perrunas) y todo lo que nos han robado.

Parafraseando la película Destino de Caballero: se os está midiendo, se os está evaluando y, definitivamente, no estáis dando la talla. Bienvenidos al nuevo siglo.