Los caminos del amor son inescrutables!

Mi mundo empieza a crecer, poco a poco, como una masa espungiforme que se extiende sin control, pero sin prisas, hacia horizontes indefinidos sin rumbo y sin ambiciones, como hifas de un micelio oculto cuya frutación no veré hasta que llegue el momento.

Desposeerme de todo ha sido la mejor terapia que he hecho en mi vida. Me ha ayudado muchísimo a replantearme muchas cosas, cosas que había aceptado sin cuestionar, que no me pertenecían pero que se habían ido infiltrando en mi vida y en mi rutina diaria convirtiéndose, sin que yo pudiera elegir otra opción, en barreras invisibles que cerraban el cerco de las fronteras de la jaula en la que estaba atrapada casi sin saberlo.

Supongo que así es como funciona la sociedad moderna: enclaustrando a sus individuos sutilmente, como un parásito inapreciable que se apodera de tu mente y te llena de miedos e inseguridades en un mundo en el que todo está directamente relacionado con la opinión de personas que ni siquiera saben que no tienen un criterio propio y que viven, sin embargo, apegadas a un vacío existencial que las impulsa constantemente a estar enfadadas con los demás y a escupir culpas y responsabilidades de las que no se quieren hacer cargo.

Y mientras el mundo que me rodeaba, aquel que se había desmoronado, sigue su curso sin mí, yo he vuelto a vivir libre, en ese otro lado, ese otro universo impredecible del que provengo y del que soy nativa donde no existen barreras ni puertas ni jaulas, donde la opinión de los demás no tiene mayor relevancia que una mota de polvo flotando en medio de un huracán.

Ya no soy una, somos todos. Efraín, Pathfinder, mis hermanos de otros mundos… y muchos más. Romper mi cautiverio psicológico me permitió volver a unir los lazos místicos que nos mantienen juntos a través del tiempo y el espacio y todos mis vínculos emocionales se han ido restableciendo más fuertes que nunca.

Puede que ya no haya caballos blancos a la puerta de casa ni oro ni piedras preciosas. No importa. Ahora que sabemos que ni siquiera eran reales, que no son más que un truco para capturar mentes como las nuestras, ahora ya no las necesitamos, tenemos algo mucho más valioso, algo que nadie jamás podrá quitarnos.

En medio de toda esa sencillez recién adquirida, con Pathfinder a mi lado, continuamos abriendo nuevas rutas y caminos y encontrando tesoros y conectando diferentes puntos aislados, resulta que hacemos un gran equipo forestal, un equipo histórico (o prehistórico, mejor dicho). El bosque nos unió por algo, al fin y al cabo, ambos vinimos hasta aquí siguiendo el mismo impulso y ahora conocemos nuestro destino. Los misterios se van resolviendo, poco a poco, expandiendo nuestras posibilidades.

Sobre Efraín… los caminos del amor son inescrutables. Vivo por y para volver a verle, olerle, sentirle. Es el pulso que mueve la sangre de mis venas y desde que regresó a mi vida no ha vuelto a marcharse. Nos vemos todo lo que podemos, siempre que queremos, y cuando nos separamos siempre tengo la sensación de que no soy la única que desea que llegue el próximo momento. No tenemos planes, no se pueden tener planes en un mundo tan incierto. Pero sí tenemos claro algo: es amor y es real y lo que tenga que ser, cuando estemos preparados, será, si no ahora en la próxima vida. Después de todo, somos eternos.

Así fue como todo se minimizó a mi alrededor. Ni las personas ni las instituciones ni la Guardia Civil ni los contratos laborales precarios ni la mediocridad circundante del plano mundano en el que habito volverán a significar nada para mí. Ya no son relevantes, no son nada. Sé que seguirán intentándolo porque desafortunadamente no tienen nada mejor que hacer y viven vidas tan sumamente reducidas y escuetas que sus ínfimos errores son mundos gigantes… pero, sinceramente, ya no pueden hacerme nada. Si no han sido capaces de quitarme la vida, los sueños, el amor ni la libertad, si no han podido minar mi fuerza de voluntad para impedirme seguir mi camino ni destruir mi reino que no es de este mundo, probablemente no tengan poder sobre mí. ¿En qué universo podrían llegar a tenerlo?

PD: lo logré.