Anónima, Geek… bruja, guerrera, libre, liberada. Esta es la historia ficticia de mi particular guerra real.
Está claro que en algún punto estoy. ¿Cuál? ¿Cómo? ¿Para qué?
Bueno, hoy vamos a explorar juntxs qué se puede hacer cuando no se puede hacer nada.
Si buscamos «punto» en la RAE encontramos un millón de definiciones. Voy a dejar aquí las más significativas para la reflexión que quiero escribir:
punto
Del lat. punctum ‘punzada, herida de punta‘, ‘punto’, der. de pungĕre ‘punzar, pinchar‘.
15. m. Sitio, lugar.
22. m. Unidad de valoración dentro de una escala.
25. m. Instante, momento, porción pequeñísima de tiempo.
26. m. Ocasión oportuna, momento favorable. Llegó a punto de lograr lo que deseaba.
31. m. Fin o intento de cualquier acción.
42. m. p. us. Cada uno de los errores que se cometen al dar de memoria una lección.
punto céntrico
2. m. Fin a que se dirigen las acciones de quien intenta algo.
punto crítico
1. m. Momento exacto en que ocurre o es preciso hacer algo.
punto de partida
1. m. Aquello que se toma como antecedente y fundamento para tratar o deducir algo.
punto final
2. m. Hecho o palabras con que se da por terminado un asunto, una discusión, etc.
Para conocer todos los significados, visita la RAE.
Podríamos decir que partimos de un punto que es una herida, una punzada, producida en un lugar concreto y preciso, con un valor incalculable.
Empezando por ahí, me encuentro aislada en un pueblo muy pequeño, sin amigos ni oportunidad laboral. Me han quemado los dos coches, que eran mi carta para salir y poder trabajar y ganarme la vida en los alrededores. La herida supone que aquellos que creía que eran mis amigxs no están cuando más los necesito, con lo cual, me veo obligada a replantearme cuáles son los valores de la comunidad en la que vivo y hasta dónde debo considerarlos amigos o herramientas útiles.
Otra definición de punto, habla de “instante, momento, porción pequeñísima de tiempo” que, hilando con la que le sigue se convierte en “ocasión oportuna, momento favorable”. ¿Favorable para qué?
Analizando la situación en frío, he perdido muchas cosas en un sólo instante. No es sólo el hecho de que me hayan quemado los coches y de que el acto en sí suponga una amenaza para mí, una amenaza que no se contempla y que me deja sola, vulnerable y a merced de futuros ataques que no podemos imaginar.
Al mismo tiempo, la baja se comió mi paro… y tuve que perder los días cotizados con la esperanza de poder recibir, como mínimo, la Renta Garantizada que tenía concedida y que se paralizó en su día porque me puse a trabajar. La resolución está en manos del cartero. Hoy he recibido una notificación de que han intentado entregármela, pero no ha sido posible. Tendré que abrir el sobre el lunes… y morir de desesperación o respirar con alivio. Pero hora no puedo permitirme el lujo de pensar en posibles. Tengo que ser realista.
Es el momento de buscar un “fin o intento de cualquier acción”. No puedo seguir llorando. Cueste lo que me cueste tengo que empezar a plantearme opciones. Para ello tengo que estudiar “Cada uno de los errores que he cometido” para acabar aquí y necesito aprender la lección.
Confié en la gente. Reconozco que mi mayor problema es la terrible falta de amor que tengo desde siempre. Es cierto, nunca me he sentido amada o querida más allá que en aquellos mínimos momentos compartidos con El Brujo del Páramo y con algunxs amiguxs sueltos que no voy a mencionar porque bien sabéis quien sois.
La ilusión de mi vida siempre ha sido formar parte de una familia cohesionada, un grupo de apoyo amoroso y cariñoso en el que poder confiar, con quienes poder contar. Buscaba que nos protegiéramos unxs a otrxs, un pequeño círculo en el que sentirnos libres, sin miedos, sin prejuicios, sin críticas. Es verdad que yo soy así… pero en mi empeño por creer que podía encontrar lo que buscaba en una comunidad pequeña como esta, me he dado el palo de mi vida. No debí ser tan confiada, ni tan altruista, ni tan generosa, ni tan comprensiva.
¿Quién tiene la culpa? Nadie. Cada quien es como es. Y está muy claro que de donde no hay no se saca. Pero cuando ya has llegado a esa conclusión, no vale la pena seguir dándole vueltas a las cosas. Es lo que hay. Es feo, es triste, es decepcionante, pero es lo que hay.
Ahora hay que ser realistas y honestos. Por lo menos honesta conmigo misma.
¿Quiero seguir formando parte de una sociedad a la que todo le importa tres pepinos? La verdad es que no mucho.
Intenté en su día ser portavoz de la Mujer Rural para defender nuestros derechos. Quise movilizarlas a todas para manifestarnos y pedir que nos devuelvan los recursos a los pueblos. Pero no ha sido posible.
¿Hay progreso en el entorno rural? No.
Cuando vine a vivir aquí teníamos cajeros, bancos, líneas de bus, restaurantes, colegio… había opciones. Las campañas de la fruta daban dinero, la hostelería ofrecía trabajo y posibilidades de crecimiento, había gente con ganas de emprender proyectos agrícolas, sostenibles, gente con ideas, vivíamos con las puertas abiertas de par en par y nos sentíamos seguros.
En todos estos años, la creación de empleo se ha quedado en un sueño de campaña política. No he visto ni un solo puesto de trabajo que se haya creado y que siga vigente. Las mujeres solteras e independientes que eran mis compañeras ahora están todas casadas, a salvo en matrimonios con hijos. Eso es guay, me siento feliz de que hayan encontrado al amor y de que vivan bien. Y me gusta que ahora tengan la oportunidad de trabajar cuando quieren y como quieren, si quieren.
Pero me molesta que trabajen en B, devaluando el valor del trabajo de las personas solteras e independientes que necesitan un empleo fijo y cotizar porque no tienen de quién vivir cuando seamos ancianas y no podamos con nuestra alma. ¿Quién va a querer contratar empleados y pagar a la Seguridad Social si todo el mundo tiene amigxs dispuestos a echar horas en B para sacarse un pico?
Tampoco he visto mejoras en las condiciones laborales, en los contratos quiero decir. Siempre preferirán contratar a personas profesionales con formación y experiencia que sepan gestionar el trabajo que desenvuelven, pero nunca harán contratos fijos con cargo de responsabilidad. Nunca te ofrecerán contratos de encargada, de gestora, de oficial… no. Te responsabilizarás como si te fuera la vida en ello, pero a cambio tendrás un contrato temporal de media jornada de unos meses de peón o de ayudante de a media jornada. Si trabajas a jornada completa te pagarán en B y si es un contrato subvencionado podrás cambiar tus horas extra por horas de trabajo para compensar.
Podrás tener derecho a paro, pero tendrás que trabajar una burrada… algo así como cuatro meses de paro a media jornada por cada seis o siete años de trabajo a jornada completa con medio sueldo en B.
Los cajeros y bancos han desaparecido. No tenemos estanco. Nos han recortado horarios de atención médica. Nos han retirado líneas de bus. Acualmente, el colegio se cerró por falta de niños pequeños. Lógico y normal.
¿Quién va a venir aquí a criar a sus hijos? Si no tienes aquí una familia que te apoye, si no encuentras un trabajo en los alrededores que te permita ir y venir a casa para atender a tu familia, ¿por qué iba una familia a escoger un sitio así como hogar? Si encuentran trabajo fuera, lo lógico y lo normal es que alquilen una casa en el municipio en el que tienen trabajo para abaratar los costes, teniendo en cuenta la precariedad laboral y lo que cuestan los suministros básicos.
¿Y yo? ¿En qué punto me encuentro?
Estoy otra vez como al principio.
Sin coches, sin amigos, sin dinero, a no ser que la carta del lunes quiera darme una sorpresa en vez de un disgusto, y sin opción laboral.
A diferencia de cuando llegué aquí, esta vez tengo conocimiento. Ahora sé hacer un montón de cosas que antes no sabía hacer, de modo que oportunidad para buscarme la vida y sobrevivir tengo. Puedo comer, puedo beber, puedo dormir, puedo tener calor… algo es algo.
Están la Iniciativa Talleres y la Asociación de Mujeres.
Contaba con ellas como una lanzadera para conseguir hacer cosas que generasen rentabilidad y en un futuro puestos de empleo. Pero no las veo ni motivadas ni con iniciativa de nada. No veo que en un año se mueva el asunto en ninguna dirección. También las comprendo… todas son mujeres casadas, tienen un seguro de vida, o están trabajando, cosa buena pero que les quita tiempo y dedicación para sacar adelante las iniciativas.
Ellas no tienen tiempo para dedicar a esos proyectos ni prisa. Para ellas no significan lo mismo que para mí, que necesito encontrar un medio para ganarme la vida. Necesitaba que funcionaran. Contaba con el tiempo y los recursos de la Renta Garantizada para poder ponerlas en marcha, pero ahora mismo mis posibilidades son mínimas. No puedo permitirme el lujo de invertir tiempo en cosas que no dependen sólo de mí.
Ser juez de paz suplente tampoco me aporta nada.
Contaba con el Ayuntamiento, milito con su partido político, colaboro de forma altruista y esperaba que fuera el motor de la creación de proyectos más grandes que pudieran generar empleos fijos y estables para las personas que vivimos aquí todo el año. Pero me ha dado la espalda.
Después de todo lo que he ayudado, de todo lo que he trabajado, me han dado la espalda.
No me han vuelto a llamar, no me han vuelto a escribir, no me han vuelto a preguntar qué tal estoy ni cómo lo llevo. Nadie se pregunta si me dieron el paro o si se arregló el asunto de los seguros o si tengo de qué vivir hasta que se arreglen las cosas.
Hoy he hecho algo que jamás pensé que haría. He creado todo un espacio web para la Asociación de Mujeres, así como hice con la Iniciativa Talleres, y les he hecho un drive con un dossier completo para gestionar y organizar la fiesta de febrero y algunas cosas más.
Podría habérmelo quedado todo. Están perdidas sin mí. Pero he decidido liberar todo mi conocimiento. Si no me necesitan, si me vuelvo prescindible, tampoco les importará dónde estoy ni qué hago con mi vida.
Con el dinero del seguro he pagado todas mis deudas… me queda… nada. Tengo un pico escondido en una caja con el objetivo de buscar la manera de juntar suficiente para poder comprar un vehículo que me saque de aquí. Pero tengo que esperar.
Obviamente tengo que encontrar una fuente de financiación estable que me garantice recursos suficientes como para seguir creciendo. Tengo que decidir qué puedo hacer, qué quiero hacer y cómo llevarlo a cabo.
Y esta vez tengo que aplicar todo el conocimiento que he acumulado todo este tiempo atrás.
El primer paso es superar el dolor. Esto es así, doler me va a doler siempre la puñalada trapera que me ha dado el mundo, pero tampoco me sirve hacerme sangre culpándome de eso. Ni culpando a los demás.
Lo más difícil es reconocer y asumir que estoy prácticamente sola. La Guardia Civil no va a ayudarme, teniendo en cuenta que me han convertido en la responsable del atentado del cual se supone que soy la víctima. Creo, en el fondo de mi corazón, que el problema es que no están cualificados para resolver cosas como esta. No saben investigar, no saben qué hacer y probablemente no tengan ni medios para hacer nada de lo que se supone que tendrían que haber hecho. Son tan inútiles que han falseado el informe para que conste que ellos mismos encontraron pruebas que encontré yo casi 15 días después del atentado. Están más preocupados de la responsabilidad que supone que haya pasado esto bajo su jurisdicción que ahora sólo les importa justificar su falta de reacción y su negligencia a la hora de solucionar el problema. Están demasiado preocupados por ellos mismos.
Con el ayuntamiento ya no puedo contar. Para ellos, he dejado de ser una potencia trabajadora que echaba horas gratuitas volcada por la causa y he pasado a ser el problema sin resolver. Supongo que temen que las pesquisas de la Guardia Civil me conviertan en una mala imagen para el alcalde y sus secuaces.
¿Quién querría acercarse a la chica en torno a la cual giran los desastres?
Eso soy para ellos. Un misterio, un problema, un peligro. Me he convertido en el interrogante que desestabiliza los pilares de su ilusión de vida tranquila y rural. Soy el punto que cuestiona la verdad que ocultan al turismo y a la prensa. Soy la denuncia que desenmascara el problema social, económico y laboral que existe en este pueblo tan pequeño.
Me he convertido en la nota discordante que desafía la utopía que quieren vender. La que no se conforma con el pan y el circo, con las fiestas y verbenas, con los toros, con los contratos temporales a media jornada sin calidad de vida, aquella que necesita algo más.
Tengo una nueva oportunidad este año para recuperar y terminar el curso, ahorrar dinero, hacer las prácticas, comprar una furgo nueva para camperiza, sacar una oposición o buscar trabajo donde lo haya.
Y mientras tanto, tengo cuatro años por delante de legislación para cuestionar las acciones del Ayuntamiento, para sacar a la luz las mentiras que afectan a la vida de las personas que están aquí todo el año, guardadas en la miseria durante el invierno y expuestas como monos de feria al servicio del turismo durante los veranos.
¿No soy una ciudadana de este pueblo? ¿A caso no sé cuáles son los problemas fundamentales que hay que salvar para que esto progrese? ¿No convivo con el hambre y la miseria todo el tiempo? Lo veo… sinceramente, sí que os veo.
Veo a las ancianas baldadas esforzándose en la iglesia sin ayuda por mantener vivo el pilar fundamental que sustenta todas las fiestas turísticas, ¿tendrían las fiestas populares sentido sin ellas? Veo a los chavales de mi generación sin dinero, sin recursos, sin estudios, sin carnet de conducir, deprimidos y ahogados en un bar porque no pueden vivir fuera del núcleo familiar esperando a esos contratos temporales para tener algo de dinero propio con el que soñar unos meses al año.
Veo el declive de los campos que desaparecen tragados por el bosque porque sus propietarios no quisieron arrendarlos después de que los hijos se marcharan. Veo cómo se pierden la riqueza y los recursos. Veo cómo se devalúa el precio del producto que fue el pilar de la economía del pueblo. Veo a las familias resignadas que se marchan fuera para dar oportunidades sus hijos. Veo la vejez y la decadencia y veo la misoginia que impide que mujeres como yo se integren en la vida laboral con el respeto que nos merecemos sólo por esforzarnos en mantener viva la llama de un pueblo que se muere.
Ahora que me he quitado la venda de los ojos, todo eso ha dejado de importarme. El barco se hunde, está claro que se hunde. Y en vez de proteger o dar voz a las iniciativas que pueden salvarlo, veo cómo el miedo, la envidia, el egoísmo y la avaricia se esmeran en llenar el buque de agua.
Lo entiendo. De verdad que lo entiendo. Las personas que trabajan fijas ya son mayores. Están cansadas de trabajar todo el tiempo y ya no necesitan mejorar. Tienen un equilibrio económico solvente y lo único que quieren es que llegue el día en que se jubilen. Les queda poco, casi nada, unos años más… y serán libres. Y vivirán en un precioso pueblo de vacaciones, gozando de una pensión de jubilación jugosa y suficiente como para poder cubrir todas sus necesidades.
Sus hijos ya se han ido, se han salvado, han estudiado y han encontrado trabajos con los que vivir cómodamente. Ya no tienen que luchar por nada. Sus nietos no vendrán al colegio aquí, no tendrán que crecer aquí. Aquí sólo tendrán que relajarse, disfrutar de la vida, salir de fiesta en un entorno en que la seguridad es mucho más laxa y están permitidas cosas que en una ciudad serían condenadas por la Policía Local.
Los pocos que no han conseguido tener vida subsistirán cuidando de sus padres, heredarán los hogares en los que nacieron, vivirán de trabajos temporales, subsidios, ayudas de emergencia y tendrán una compensatoria que les de una jubilación mínima y precaria. Para cuando sean viejos y no tengan bares ni médicos ni tiendas, ya no importarán a nadie. Se quedarán aquí solos y pasarán sus últimos años atrapados en una rutina simple y sencilla hasta que mueran, porque no tendrán descendencia que los cuide.
Los pueblos se convertirán en eso: paraísos jubilados y destinos turísticos. Sólo unos pocos estudiantes trabajarán en temporada alta para cubrir las necesidades de los que vengan a veranear.
¿Y yo? ¿Qué quiero yo?
Desde luego, no quiero pasarme la vida peleando por contratos temporales precarios. Y tampoco quiero conseguir un trabajo fijo como peón o como ayudante de en el que nunca tenga posibilidades de crecer y ascender. Ni quiero conformarme con una sociedad que sólo me ve como a una mujer fracasada que no se casó ni tuvo hijos.
No quiero que mi personalidad, mi identidad, dependan de tener o no un marido que me avale o de que mi sexualidad sea ortodoxa o no.
Tengo que volver a ser esa persona que sabe quién es, que sabe lo que vale, que sabe de dónde viene y todo lo que ha conseguido. Tengo que volver a ser capaz de valorarme. Tengo que dejar de centrarme en las opiniones de todas aquellas personas que jamás se han molestado en conocerme. Nunca lo hicieron. No saben nada de mí.
Ahora es el momento de hacer borrón y cuenta nueva. Tengo que eliminar de mi vida todo aquello que supone un freno a mi crecimiento y desarrollo personal, todo lo que obstaculiza la búsqueda de mi propio camino.
Ahora tengo que dejar de valorar todas las cosas que se han ido, todos los valores y creencias que se han ido, y estudiar qué posibilidades tengo. ¿Qué cartas me quedan?¿Con qué recursos cuento? Tengo que hacer un inventario de todo lo que puedo utilizar y para qué sirve.
Después decidiré qué haré con todo eso.
Arte, Ecoturismo y Desarrollo Rural Sostenible
Cultura, turismo y patrimonio histórico en Sierrade Francia y provincia de Salamanca
Creaciones
Un lugar donde sacar cómo nos sentimos y desahogarnos un poquito
"El umbral de tus sueños. Y si insistes, de tus sombras también"
Blog de relatos cortos y poesía.
Escribir es una parte distintiva de mi ser. Siempre acudo a la escritura para salir de la realidad y también para entrar y profundizar en ella. Escribiendo analizo y entiendo mejor la vida y sus persona-jes. Escribiendo me suelto, y recuerdo y fijo las memorias. Por primera vez me decido a mostrar lo que escribo: ideas, historias que tejo, que la gente me deja en su tránsito, o me hace imaginar con su actos o palabras, cosas que recuerdo a medias o apenas intuyo, invenciones, literatura procesada, escenas vividas y soñadas, recuentos de dolor y exilio, de abandono y pérdida, de mucho amor mezclado con todo lo anterior. Ojalá me encuentren, se encuentren un poco, disfruten y estos textos los hagan pensar y sensibilizarse. Gracias por leer-me.
Blog di fotografia: news, fotografia artistica, maestri della fotografia, tecnica fotografica, fotocamere, tutorial Photoshop, corso di fotografia gratuito
Recopilación de las más interesantes imágenes educativas
En ROLLORCA S.L, ofrecemos una gama completa de servicios de reformas y diseño de interiores para satisfacer todas tus necesidades. Ya sea que estés buscando una renovación completa o simplemente quieras rediseñar el interior de tu espacio, estamos aquí para ayudarte. Nos enorgullece ofrecer soluciones personalizadas para cada cliente. No importa el tamaño del proyecto, nos comprometemos a proporcionar un servicio excepcional y a garantizar tu satisfacción. Contáctanos hoy mismo para empezar a transformar tu espacio.
De todo un poco
¡Dream Big Miga!
Lo que dice la gente: