Misión cumplida: feliz año 2015

Dicen que lo que bien empieza, bien acaba. Y la experiencia, por lo pronto, a ello va apuntando.

Como dije con anterioridad, 2014 debía terminar mejor que 2013 y 2015 debía empezar mejor que 2014. Así que… nos pusimos en marcha. Sorprendida me hallo, todo hay que decirlo. Esperaba que sucedieran ciertas cosas, pero no todas las que acontecieron a partir de cuando perdí la noción del tiempo.

Subí a León con una amiga y cumplimos todos los rituales tradicionales, sólo por pura diversión. Encendimos velas rojas, nos dimos baños de purificación bien divertidos acordándonos de nuestra infancia (hacia muchísimo que no nos frotábamos la una a la otra), estrenamos lencería roja (el juego completo), escribimos nuestra lista de cosas malas y buenas, prendimos fuego a su ex, cenamos, nos vestimos increíblemente sexis, nos maquillamos y nos bajamos a bebernos la botella de cava a la city.

Nos dieron las doce aparcadas. Habíamos decidido no tomar las uvas, bebernos la botella en lo que abrían los bares y hacer de divas toda la noche. Como había que hacerlo mejor que el año pasado, ya había escrito a Efraín para avisarle de que estaría por ahí y él me había contestado que estaba en una fiesta privada y que después de la fiesta podríamos coincidir. Sólo tenía que escribirle a partir de las 4:00am por dónde andaba para que el supiera a dónde ir.

No cruzamos muchos bares, la verdad. Fue todo muy rutinario, pero fácil y divertido. Jugamos al futbolín en el VHS hasta que el bar se llenó de gente. Después fuimos al Black Bourbon Bar, el nuevo bar del master con el que jugábamos al Heroquest. Allí, como era de esperar, estaba todo el mundo haciendo su papel habitual (hasta le felicité el año al pobre de Marco, que estaba sentado en un tajo allí sólo sin hablar con nadie).

Nos encontramos con Mordraunt y su novia, una chica encantadora. Así que nos juntamos un rato con sus amigos, que eran mis conocidos, y bebimos con ellos. Una vez dentro topé con Yosi, el nuevo compañero de piso de Efraín… al que conozco esencialmente de charlar con él en el bar sobre su mastín y sus viajes por el mundo y a quien la última vez encontré devorando como un auténtico lobo feroz unas chuletas en su nuevo piso (una imagen impresionante que nunca se borrará de mi mente).

Me acerqué para disculparme por no haberle dicho nada aquel día, pero es que estaba tan centrada en lo que estaba haciendo que cuando le encontré me quedé bloqueada. Tuvimos conversaciones muy amenas, el chico es estupendo y además de  los que me gustan: adultos, hechos y derechos y grandes. Habla muy bien y estuve muy cómoda.

Hubo un momento en el que nos quedamos solos. Yo tenía que acabar mi copa y los demás marcharon al Brooklin. Yosi se quedó conmigo y hablamos un rato de cosas más personales. Le conté que esperaba a Efraín y me preguntó si estaba segura. Qué extraño. Antes de irse, mi amiga me comentó que Mordraunt había dicho que no vendría.

Fuimos dando un paseo los dos solos hasta el nuevo antro (ya sé que aquí los llaman bares, pero… uff) y me invitó a un 7up. Mi amiga me digo que le gustaba, así que me retiré a charlar con la novia de Mordraunt, quien estaba jugando a los dardos con un amigo y dejé que se acercara a Yosi, al fin y al cabo, yo estaba esperando y ya había espantado a más de tres borrachos.

Y apareció. Y todo lo que ocurrió después, lo recuerdo a cámara lenta. Nos buscamos con la mirada, nos encontramos y a partir de ahí conectamos de nuevo. Como si nunca nos hubiéramos ido. Cruzó el bar con decisión, se quitó la cazadora y me besó como un auténtico príncipe de las tinieblas. Sus compañeros de piso nos miraban con la boca abierta.

«Feliz año», le dije yo

Él sonrió pegadito a mi nariz y volvió a besarme.

Estuvimos en su cama hasta las 17:00pm. Envueltos en todo tipo de besos, caricias, mimos, abrazos, sexo… incluso creo que se decepcionó un poco cuando le dije que teníamos que irnos. Mi amiga tenía que desayunar (necesita como 4000 calorías al día para sobrevivir) y ellos no tenían gran cosa, además de que tampoco tenían café ni nada sin lactosa.

Mi amiga no se acostó con Yosi. Durmió sola por cuenta propia. Ella dice que no le gustó que nos mirara con cara de envidia porque daba la impresión de que más que una tía lo que quería era esa especie de adoración que me sale cuando estoy con Efraín. También dijo que cuando nos reunimos al despertar parecía arrepentido de haberse perdido la oportunidad. Pero no se dieron el número de teléfono ni nada.

Eso sí, yo le dije, mirando directamente a Efraín, que ya volveríamos a León… un día de estos. Él volvió a besarme y nos despedimos hasta la próxima.

Me gustó ser su gatita. Ambos estuvimos de acuerdo de que esta vez nos hemos superado. ¿Quién sabe si habrá próxima vez? Por lo pronto: ¡¡FELIZ Y PRÓSPERO 2015!!